Grecia Aguilera

Periodista, escritora, filósofa y musicóloga. Excelsa poeta laureada. Orden Ixmukané, Orden de la Estrella de Italia, Homenaje del Programa Cívico Permanente de Banco Industrial, Embajadora y Mensajera de la Paz.

post author

GRECIA AGUILERA

En la Audiencia General del pasado 19 de agosto de 2020 el Santo Padre Francisco declaró: “Sería triste si la vacuna contra el Covid-19 privilegiara a los más ricos y no fuera universal/ No se sale de la crisis sin curar a las instituciones de injusticias y desigualdades.” Inició su discurso expresando: “La pandemia ha dejado al descubierto la difícil situación de los pobres y la gran desigualdad que reina en el mundo. Y el virus, si bien no hace excepciones entre las personas, ha encontrado, en su camino devastador, grandes desigualdades y discriminación. ¡Y las ha incrementado! Por tanto, la respuesta a la pandemia es doble. Por un lado, es indispensable encontrar la cura para un virus pequeño pero terrible, que pone de rodillas a todo el mundo. Por el otro, tenemos que curar un gran virus, el de la injusticia social, de la desigualdad de oportunidades, de la marginación y de la falta de protección de los más débiles. En esta doble respuesta de sanación hay una elección que, según el Evangelio, no puede faltar: es la opción preferencial por los pobres. Y esta no es una opción política; ni tampoco una opción ideológica o una opción de partidos. La opción preferencial por los pobres está en el centro del Evangelio. Y el primero en hacerlo ha sido Jesús.” El Papa Francisco continuó manifestando: “Todos estamos preocupados por las consecuencias sociales de la pandemia. Todos. Muchos quieren volver a la normalidad y retomar las actividades económicas. Cierto, pero esta ‘normalidad’ no debería comprender las injusticias sociales y la degradación del ambiente. La pandemia es una crisis y de una crisis no se sale iguales: o salimos mejores o salimos peores. Nosotros debemos salir mejores, para mejorar las injusticias sociales y la degradación ambiental. Hoy tenemos una ocasión para construir algo diferente…” Y sobre la vacuna para contrarrestar el coronavirus indicó: “¡Sería triste si en la vacuna para el Covid-19 se diera la prioridad a los ricos! Sería triste si esta vacuna se convirtiera en propiedad de esta o aquella nación y no sea universal y para todos. Y qué escándalo sería si toda la asistencia económica que estamos viendo, la mayor parte con dinero público, se concentrase en rescatar industrias que no contribuyen a la inclusión de los excluidos, a la promoción de los últimos, al bien común o al cuidado de la creación. Hay criterios para elegir cuáles serán las industrias para ayudar: las que contribuyen a la inclusión de los excluidos, a la promoción de los últimos, al bien común y al cuidado de la creación. Cuatro criterios. Si el virus tuviera nuevamente que intensificarse en un mundo injusto para los pobres y los más vulnerables, tenemos que cambiar este mundo. Con el ejemplo de Jesús, el médico del amor divino integral, es decir de la sanación física, social y espiritual, como era la sanación que hacía Jesús, tenemos que actuar ahora, para sanar las epidemias provocadas por pequeños virus invisibles, y para sanar esas provocadas por las grandes y visibles injusticias sociales. Propongo que esto se haga a partir del amor de Dios, poniendo las periferias en el centro y a los últimos en primer lugar… Pongámoslo en práctica en este repunte de la epidemia. Y a partir de este amor concreto, anclado en la esperanza y fundado en la fe, un mundo más sano será posible. De lo contrario, saldremos peor de esta crisis. Que el Señor nos ayude, nos dé la fuerza para salir mejores, respondiendo a la necesidad del mundo de hoy.” Con todo nuestro corazón sigamos orando por Guatemala y el mundo entero y roguemos para que se detenga esta calamidad mundial por la que estamos pasando. Solamente Dios nos puede ayudar, Él tiene la solución en sus manos.

Artículo anterior¿Qué?, que… los autobuseros quieren subir el valor del pasaje a Q10
Artículo siguienteEn Guatemala cada quien cree llevar ¡toda!, la razón