Raul Molina Mejía

rmolina20@hotmail.com

Nació el 20/02/43. Decano de Ingeniería y Rector en funciones de USAC. Cofundador de la Representación Unitaria de la Oposición Guatemalteca (RUOG) en 1982. Candidato a alcalde de la capital en 1999. Profesor universitario en Nueva York y la Universidad Alberto Hurtado (Chile). Directivo de la Red por la Paz y el Desarrollo de Guatemala (RPDG).

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Raúl Molina

La RPDG creó el Premio “Gisella Paz y Paz y Jorge Rosal” para reconocer, en vida, los aportes de personas que hubiesen brindado o brinden lo mejor de sí mismas para propiciar la paz y el desarrollo de Guatemala. Al pasar algunos años de otorgar los reconocimientos, se comprendió que muchas figuras destacadas morían, sin que se les hubiesen reconocido oportunamente sus méritos. Para rendir homenaje póstumo, se decidió, a la muerte de la compañera revolucionaria América Calderón, crear el Memorial que lleva su nombre, dentro del marco del Premio. Así, para cada año se rememora, en acto público, a las personas insignes que murieron, de manera natural, y las personas que hubiesen ofrendado su vida por una causa justa o en un hecho trágico de ese año, así como quienes siguen cayendo como víctimas al enfrentarse a las estructuras de poder y violencia en Guatemala.

Para el año 2019, que hemos extendido hasta octubre de 2020, cuando se realice el evento correspondiente, presencial o virtual, no podemos dejar de mencionar a figuras destacadas del movimiento revolucionario o personajes políticos que han fallecido, luego de cumplir una función importante en la búsqueda de la paz y el desarrollo, como Rubén Herrera, fallecido en Huehuetenango, quien desde el tiempo de su condición de estudiante de Ingeniería buscó incansablemente la transformación del país, o Héctor Rosada, fallecido en Guatemala, quien aportó sustancialmente a los esfuerzos que concluyeron con la firma del Acuerdo de Paz Firme y Duradera. Tampoco podemos dejar de reconocer a las personas que han muerto en la primera línea del enfrentamiento a la pandemia del COVID-19, como integrantes del personal de salud y de servicios en apoyo al mismo. Se comportaron como héroes y heroínas, entregando sus vidas por salvar muchas más. Lamentablemente, una vez más nos vemos forzados a rendir prematuro homenaje a quienes fueron víctimas de la violencia asesina, entre ellos: Tata Domingo Choc Che, asesinado brutalmente el 6 de junio, en Alta Verapaz, y Benoit Pierre Amedee Maria, “Benito”, ciudadano francés comprometido con campesinos y comunidades rurales, que fue asesinado el 10 de agosto, en el Quiché, ambos defensores del ambiente y de los derechos de los pueblos indígenas. Quizás se encuentren sus asesinos materiales, personas ignorantes que son los recursos descartables de los poderosos; pero será difícil llevar a la justicia a los autores intelectuales, que pretenden impunidad y se escudarán ahora en la “presunción de inocencia”.

Guatemala necesita repetirse, una y otra vez, “Nunca Más”, hasta que se haga realidad. Creo que es muy poco lo que hacemos para cultivar la memoria histórica y, por ello, propondré al Comité del Memorial América Calderón que, con la participación del movimiento social y popular, así como de la ciudadanía, dediquemos un año entero a resaltar las cualidades de una figura histórica en particular. Además de pedir la colaboración de los lectores con nombres a incluir en el Memorial actual, también les insto a que nos ayuden a identificar a la persona a quien rindamos tributo a lo largo de 2021.

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