Gladys Monterroso

licgla@yahoo.es

Abogada y Notaria, Magister en Ciencias Económicas, Catedrática de Derecho Financiero y Tributario de la Universidad de San Carlos de Guatemala, Diploma otorgado por la Corte de Constitucionalidad en 2005, como una de las Ocho Abogadas Distinguidas en Guatemala, única vez que se dio ese reconocimiento, conferencista invitada en varias universidades de Estados Unidos. Publicación de 8 ediciones del libro Fundamentos Financieros, y 7 del libro Fundamentos Tributarios. Catedrática durante tres años en la Maestría de Derecho Tributario y Asesora de Tesis en la Facultad de Ciencias Jurídicas de la Universidad de San Carlos de Guatemala.

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Gladys Monterroso

“El que vive para nadie, sabés dónde va a parar: a torres de arena y humo y a su propio funeral.”  María Elena Walsh

Parecería una forma de ser simplemente, pero al hacerse una costumbre, es difícil de aceptarla por los motivos más que evidentes, 1) Un discurso se debe estructurar, 2) Dependiendo de quien lo pronuncia así debe ser su formalismo, y 3) Con lo que se queda el oyente no es con el mensaje más profundo, se queda con el más jocoso, más aún dentro de nuestra sociedad.

A lo largo de la pandemia que estamos viviendo, ya no se espera el discurso del inquilino de Casa Presidencial por el número de infectados, de recuperados o de fallecidos, el 90% de la población lo espera por la nueva ocurrencia presidencial, hasta llegar como el momento actual al fastidio por las mismas.

Desde doña Chonita, pasando por los covidianos hasta llegar a contar la historia de su vida, cada cadena nacional deja más de un titular, para que inmediatamente este se convierta en diferentes memes, o mensajes por las distintas redes sociales, la pregunta obligada es que dijo el Presidente, la respuesta no es la información que trasladó, esta queda en el olvido porque lo que queda en la mente del oyente o vidente es la frase chusca del día, lo demás pasa a segundo plano.

Al inicio de esta etapa, cuando no sabíamos el gran cambio que iba a experimentar la sociedad global, nuestras mayores preocupaciones eran las de siempre, las políticas económicas, sociales y culturales del país, sin embargo, después de la entrada del covd-19, las prioridades cambiaron, y la noticia se centró en la cantidad de infectados, la que paulatinamente fue aumentando, pero esa primera noticia, quedó relegada por los giammatteismos, comparada con la filosofía que creo Jimmy Morales en su momento, en el presente caso, el actual inquilino de Casa Presidencial nos deja una nueva forma de utilizar el lenguaje, con novedosas palabras que aún no existen, y probablemente no lo harán en el idioma global.

No existe ingenuidad alguna, en dejar en la mente de los guatemaltecos, y quien lo lee y escucha nuevas formas de expresión, no, se trata de una forma de desviar la atención de la generalidad hacía otros propósitos, que no son los que importan para la realización de objetivos sociales, tomando en cuenta la cultura del guatemalteco, lo más sencillo es acercarse a su chiste fácil de funeral, porque un buen chapín se aprecia entre otras características, por su picaresca, y eso es lo que ha explotado el señor Giammattei, dejando siempre algo de lo que se va a hablar que no sea comprometido.

Analizando la situación en su contexto más amplio, podemos observar como nos siguen engañando con espejitos de cualquier clase, lo importante es que nos detengamos en ver los árboles, para que estos no nos dejen ver el bosque, y como buenos guatemaltecos nos quedamos trepando los arboles y no llegamos a observar lo más importante, el señor lo sabe, y hasta el momento lo ha sabido explotar, pero ¿Cuánto más lo podrá hacer? Considero que no muchas veces más, porque el problema que actualmente nos aqueja es demasiado complejo para seguir siendo parte del circo.

Actualmente la economía de por si maltrecha, lo está más aún, el desempleo campea, y derivado de la falta de soluciones, la delincuencia no tardará en activarse mucho más aún, el guatemalteco de a pie, ese que es el motor de la vida del país, ya no puede más con la carga que en estos momentos tiene, la situación, ya no es parte del realismo mágico, que creyó ver sobre los más de 80 muertos en el estadio en época de Álvaro Arzú a una paloma blanca sobrevolando, el que cree en el Cadejo y la Llorona, hoy tiene hambre y necesidad de empleo, su economía se encuentra en el lumpen, ya no se puede reír del chiste barato, con el que se le pretende engañar semanalmente,

Las necesidades del país no son tan básicas como para reír de cualquier cosa, hoy tenemos más que hambre de un mendrugo, tenemos además hambre de justicia social, entendida esta como un conjunto de satisfactores para el hombre medio.

Hemos buscado un estadista, pero constantemente tropezamos con la misma piedra, el hombre que miente para llegar al poder, y llevar a otros con él, para lo mismo.

licgla@yahoo.es

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