José Roberto Alejos Cámbara

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Jose Roberto Alejos Cámbara
 
Cuando amanecemos con protestas por la falta de agua en la ciudad, como esta semana en zona 21, vienen a mi mente temas y recuerdos. En principio recuerdo el año 72, cuando conocí al entonces Alcalde de la Ciudad, Manuel Colom Argueta, amigo personal de mi familia, padrino político de mi  señor padre, quien nos llevó a un grupo de niños de la Colonia del Maestro en la entonces lejana zona 15, a la inauguración de un parque. Allí tuvimos la oportunidad de pedirle al señor alcalde, MEME como le llamaban, que nos hiciera unas gradas para poder llegar a la parada de camioneta sin caernos en el lodo.  Al día siguiente con piedras y pedazos de ladrillos y los desperdicios que encontraron en la muni, construyeron las gradas que a todos los vecinos del lugar permitieron por más de 40 años llegar sin problemas a tomar el transporte público. Hoy la municipalidad las quitó, a solicitud de los mismos vecinos, por razones de seguridad, provocando que para tomar un  autobús haya que caminar 10 cuadras mínimo.

Que lejos estaba yo de imaginarme que mi  padre formaría parte del Frente Nacional de Oposición, integrado por Social Cristianos y Social Demócratas entre otros, como candidato a Diputado.  Allí escuché por primera vez de fraude electoral, cuando el Gobierno Militar de turno propició que el General Kjell Laugerud García fuera el Presidente.  Sin embargo la alianza con la extrema derecha anticomunista no resultó y decidieron unirse, en las próximas, a los Social Demócratas del Partido Revolucionario, llevando como Vicepresidente al Doctor Francisco Villagrán Kramer para apaciguar las molestias de la población que empezaban a salir,  y el Movimiento Revolucionario que obtenía seguidores ante la pobreza  y las violaciones a los  derechos humanos  evidentes, en medio de la guerra fría que mantenía al mundo confrontado, tema reviviéndose hoy.

Mi padre, a quien no le habían dado la diputación en el 74, fue electo y como era de esperar, paró en oposición al General Romeo Lucas García después de  todo  lo que sucedía. El Vicepresidente renuncia, se va al exilio,  y con él una serie de líderes, antes que los mataran como Oliverio Castañeda, líder universitario, cuyo nombre aún lleva la AEU.   Mis padres deciden sacarme del país, observo desde lejos y con vergüenza como asesinan a Manuel Colom, apenas unos meses después de que asesinaran al Diputado Alberto Fuentes Mohr,  por inscribir al Partido Socialista Democrático y así desde el 20 de octubre del 78, todo el 79 y acontecimientos como la quema de la Embajada de España y la masacre en la USAC en el 80, alimentaban mis deseos por participar.

Como iba yo a perderme de participar,  y de poner en el texto constitucional  artículos que obligaran a crear  proyectos habitacionales como aquella Colonia del Maestro, proyecto del Gobierno, donde pasé los años más felices de mi vida, entre barrancos, hoy invadidos o utilizados por la municipalidad ante el inevitable crecimiento de la metrópoli. Metrópoli que entre otros problemas no tiene agua, como en la zona 21, y en toda la ciudad porque el mandato constitucional de hace 30 años, una ley de aguas, no se cumple. EN SERIO RETOMEMOS EL ESPIRITU DEL CONSTITUYENTE.

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