Marco Trejo
La aprobación de los protocolos para la reactivación del transporte público de pasajeros, ha causado que se enciendan las alarmas, en varias alcaldías municipales porque temen que, por la forma como se presta el servicio, puedan darse contagios masivos de Covid-19 que podrían causar saturación de las emergencias de los hospitales.
Aunque hasta el momento, no hay una fecha designada para la reactivación de dicho servicio, que tiene muchos señalamientos de no tener la capacidad, ni mucho menos, el aseguramiento de las medidas sanitarias que han sido diseñadas por las autoridades respectivas.
Entre los principales lineamientos está el distanciamiento social, tanto en el momento de abordar las unidades, como en el interior de las unidades que solamente pueden transportar, un 50 por ciento de la capacidad de cada camioneta, lo cual ha provocado que los empresarios exijan un incremento de las tarifas que actualmente están autorizadas.
Ante tal situación los usuarios se verán afectados de una u otra forma, porque ahora tendrán que esperar más de lo planificado para subirse a un autobús, pero con el agregado que podría verse afectado su bolsillo con un incremento en el valor de pasaje. Los empresarios ni lerdos, ni perezosos se han avivado en el sentido que es su momento para subir el pasaje, el cual aunque no esté autorizado había sido cargado a los guatemaltecos, de una manera solapada.
Aunque muchos transportistas tratan de prestar un buen servicio, la gran mayoría, no se pone la mano en la conciencia y siguen operando de una manera deficiente, con tratos inapropiados para los usuarios, quienes tienen que sufrir la falta de interés municipal por mejorar, el transporte público de pasajeros en el país, el cual en este momento no llena los requisitos para la prestación de un servicio de calidad.
Las autoridades para tratar de reactivar este servicio han planteado también que para poder ingresar a las camionetas se debe hacer la toma de temperatura, la desinfección constante del interior de las unidades y la protección obligatoria de los pilotos con batas médicas.
Estos lineamientos son los que adversan los empresarios, debido a que van a encarecer los costos de operación, por lo que la salida que tienen es solicitar Q25 millones de subsidio que les permita subsanar los gasto de funcionamiento y la compra de los insumos que se necesitan para la desinfección de las unidades.
Ahora lo que se debe analizar es si los usuarios tendrán un servicio eficiente que les permita cumplir con las responsabilidades personales y laborales, que posiblemente se verán truncadas por la disposición de que en las unidades no pueden viajar personas mayores de 60 años, quienes son un porcentaje alto, según el último censo, de la población guatemalteca.
Entonces cabe resaltar que con esta situación el servicio de transporte urbano y extraurbano de pasajeros no podrá ser utilizado por cientos de personas que tienen la edad que está prohibida para usar las camionetas, lo cual va a aumentar un descontento generalizado entre la población que tiene más de seis décadas de estar en este mundo.
Dicho control estará a cargo de elementos de la Policía Municipal de Tránsito, quienes tendrán que velar por el cumplimiento de esta normativa y que no será algo fácil porque, por la cantidad de usuarios, no se darán abasto para hacer valer la misma y es donde empieza el desorden que se tiene previsto inicie, con la reactivación de un servicio, que es necesario para la reactivación de la economía. Por lo anteriormente expuesto, solamente me queda decir espero que todo esto nos agarre confesados.
