Ana Cristina Morales

crismodenesi@gmail.com

Médica y cirujana licenciada por la Universidad de San Carlos de Guatemala, especializada en psiquiatría con arreglo al Programa USAC/IGSS. Con las especializaciones de atención en psicoterapia a mujeres maltratadas, así como en adicciones y Supervisora psicosocial. Autora de -Aprender a perdonar. “Una herramienta en psicoterapia”, publicación personal, y coautora del artículo: “Consecuencias biopsicosociales del abuso sexual”, del libro Síndrome de intestino irritable y otros trastornos relacionados, publicado por Editorial Panamericana. Del libro “El perdón y la salud” de editorial Plataforma. Columna de opinión “Conversando con la Psiquiatra” en el periódico guatemalteco “La Hora”, Trabaja en oficina privada como psicoterapeuta y psiquiatra.

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Dra. Ana Cristina Morales Modenesi.

Existen situaciones que no logro entender en tanto a la pandemia. Y cavilan pensamientos en tanto a estas. Me atrevo a generalizar a que somos muchos los que tenemos diversas dudas.

Las personas se han vuelto expertas en dar explicaciones acerca del coronavirus, incluso las más ignotas y sin conocimientos de ciencias de la salud. Si a alguien se le ocurre que los orines de gato pueden ayudar a contrarrestar el virus, se pondrá de moda su toma.

Hoy hay una explicación, y mañana otra. Hoy hay una alternativa de tratamiento y mañana otra. El virus, es poco afable y nuevo, por lo que la elaboración de conocimientos y tratamientos siempre se encuentra en trance. Y con ello, se genera mucha ansiedad.

Se sugirió que podrían ingerirse desinfectantes para atacar internamente al virus. Y mucha gente creyó, ni siquiera cuestionó, y algunos, se encuentran utilizando algún derivado de estos. Pero lo importante es sentir que se está luchando por alcanzar alguna alternativa, por pequeña que pueda ser, o por descabellada que se mire. Que ayude a las personas a sentir que algo ha de combatirlo y que puede recobrarse cierto grado de control. Aunque, se obtengan efectos adversos a distintos plazos, los cuales no son bien conocidos.

Al principio de la pandemia eran frecuentes risas por memes ocurrentes y sarcásticos. Ahora, por mas que alguien intente hacer reír a otro, la gracia ya no se encuentra con tanta facilidad. Y a veces, el resultado de la acción es vista inclusive con desagrado e irreverencia.

Cada vez, se siente más la impotencia que desata la pandemia, y aún persisten personas ajenas a ella. Alguna gente continúa luchando contra el confinamiento. Y no se dan por enterados que, al abrir medidas, dar libertad a comercios y transporte público, la masa de contagios se elevará a una potencia incontrolable. Si ahora, es difícil que un enfermo tenga acceso a su atención. Cuando exista esa liberación de medidas ¿Qué pasara con la población?

También surge la duda, de que si una pandemia, es una crisis sanitaria a nivel mundial. Los recursos económicos, entre otros, para la mejora del sistema de salud tendrían que ser prioritarios en esta.

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