Emilio Matta

emiliomattasaravia@gmail.com

Esposo y padre. Licenciado en Administración de Empresas de la Universidad Francisco Marroquín, MBA de la Universidad Adolfo Ibáñez de Chile, Certificado en Métodos de Pronósticos por Florida International University. 24 años de trayectoria profesional en las áreas de Operaciones, Logística y Finanzas en empresas industriales, comerciales y de servicios, empresario y columnista en La Hora.

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Emilio Matta Saravia
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¿Cómo reactivar la economía después de la pandemia de COVID-19?  Es la pregunta que en este momento la mayoría de las personas alrededor del mundo, no solo en Guatemala, se están haciendo.  Y es una pregunta difícil de contestar.  Son muchas aristas las que se deben tomar en cuenta ante una situación sin precedentes.

Inicio indicando que, a mi entender, antes de poder dar apertura a los distintos sectores que conforman la economía nacional, es necesario tener la certeza de haber aplanado la curva de contagios de esta enfermedad.  Con tener la certeza, me refiero específicamente a que se han masificado de tal forma las pruebas de COVID-19, que podemos tener la seguridad de que la expansión de la enfermedad se encuentra bajo control y que las autoridades de salud tienen plenamente identificado en que lugares hay focos de contagio y, más importante aún, como detener la expansión de la enfermedad a través de dichos focos.

El segundo tema que considero crítico es el de la disyuntiva de abrir el transporte público.  Uno de los principales focos de contagio es el transporte colectivo (cerrarlo fue una de las poquísimas medidas atinadas del actual gobierno para evitar contagios), sin embargo, la mayoría de los trabajadores lo utilizan para transportarse a los lugares donde laboran, y de estar cerrado se utilizarían medios de transporte alternos que lejos de dar seguridad al pasajero, incrementan el riesgo de contagio por carecer de las mas elementales normas de bioseguridad y distanciamiento social.  La solución, a mi criterio, es cara pero efectiva: incrementar el número de unidades de transporte público bajo control de las autoridades (Transmetro y Transurbano).  Al aumentar la cadencia de los buses, se incrementa también el número de pasajeros de forma segura.

En tercer lugar, considero que el gobierno debe tener mucha cautela con el endeudamiento (interno y externo), sobre todo para que no sea utilizado para el pago gastos de funcionamiento.  Aunque he expresado que una política fiscal expansiva, es decir, aumento del gasto gubernamental para reactivar la economia puede ser una receta adecuada para una recesión económica, que es a lo que nos enfrentamos actualmente, si no se tiene el cuidado de realizar una certera, adecuada y transparente inversión del endeudamiento público, se corre el riesgo de sufrir una estanflación (un estancamiento económico unido a altas tasas de desempleo e inflación), lo cual derivaría en una crisis aún mayor.  Las señales que ha enviado el mandatario con sus decisiones han sido pésimas, ya que se ha tenido una muy pobre ejecución (en algunos casos ni siquiera llega al 10%), sobre todo para abastecer hospitales, una parte importante del endeudamiento servirá para pagar gastos de funcionamiento (pactos colectivos, principalmente) y obras de infraestructura clave, como la construcción de hospitales vía financiamiento externo, serán manejadas por el ex Ministro de Salud, de comprobada impericia para administrar proyectos de este tipo.

Para reactivar la economia de Guatemala se requiere de esfuerzos serios, transparentes y eficientes, orientados a realizar obra pública que pueda generar fuentes de empleo que a su vez se traduzcan en impulsores del consumo, que reactivará a más sectores y así sucesivamente en un círculo virtuoso que nos permita salir de este duro bache económico en el que nos metió el COVID-19.

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