Oscar Clemente Marroquín

ocmarroq@lahora.gt

28 de diciembre de 1949. Licenciado en Ciencias Jurídicas y Sociales, Periodista y columnista de opinión con más de cincuenta años de ejercicio habiéndome iniciado en La Hora Dominical. Enemigo por herencia de toda forma de dictadura y ahora comprometido para luchar contra la dictadura de la corrupción que empobrece y lastima a los guatemaltecos más necesitados, con el deseo de heredar un país distinto a mis 15 nietos.

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Oscar Clemente Marroquín
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Desde 1985 se planteó por vez primera como estrategia para descongestionar no sólo el transporte público sin la red vial del área metropolitana el escalonamiento de horarios, puesto que el hecho de que se concentre alrededor de las ocho de la mañana el ingreso de todo el personal en el sector público y privado genera una prolongada y congestionada hora pico que se traduce en infinidad de problemas y que obliga a la gente a destinar varias horas a transportarse hacia sus centros de trabajo y luego de vuelta a sus hogares. En muchos países del mundo se mantienen horarios diferenciados para el inicio de actividades y ello ayuda mucho a que con el mismo número de unidades de transporte la gente pueda viajar no sólo más rápidamente (al liberar las diferentes rutas), sino que también con menos incomodidades que las que impone un sistema saturado como el que existe en Guatemala.

Nunca se intentó siquiera la implementación de tal medida y ahora, cuando no tenemos transporte público y la actividad laboral está a menos que medio vapor, es momento de explorar esos cambios que pueden ayudar en mucho a la población de toda el área metropolitana y que no demanda mayor inversión porque, repito, sería la misma cantidad de unidades de transporte público la que en períodos más largos transportaría al mismo número de pasajeros y éstos podrían viajar sin tener que ir colgando de las puertas de las camionetas.

Actualmente no está funcionado el sistema escolar y se puede planificar con tiempo un horario particular para el mismo e igual con las diversas actividades. Es cierto que no tenemos un censo confiable para establecer cuánta gente se ocupa en las distintas actividades económicas, pero una buena coordinación entre el sector público y privado puede ayudar en mucho a la Municipalidad, encargada de la regulación del transporte público, a establecer un sistema de horarios diferidos y escalonados para beneficio de cientos de miles de personas que diariamente se tienen que movilizar en el sistema urbano de transporte.

Se trata de decisiones sencillas que únicamente requieren de la capacidad de tomar decisiones y de coordinar con los distintos sectores, tanto de empleadores como de trabajadores, para proyectar un beneficio que se irradia a todos. Si los trabajadores llegan sin tener necesidad de gastar su tiempo ociosamente en un atiborrado sistema de transporte obviamente rendirán mejor pero lo más importante es que tendrán más tiempo para dedicar a sus familias. Actualmente son muchos los que tienen que salir de su casa antes de las cinco de la mañana para retornar a eso de las ocho y media o nueve de la noche y literalmente no tienen tiempo para compartir con los suyos.

Ahora que la Municipalidad de Guatemala está más abierta a atender sugerencias vale la pena recordar que está idea está revoloteando desde antes de inaugurar la dinastía panista en los años ochenta y que nunca fue implementada porque como no se le ocurrió al mero jefe sino a alguien más, fue simplemente despreciada.

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