Arlena Cifuentes
arlena_dcifuente@hotmail.com

Sin lugar a dudas los países que han adoptado decisiones correctas a través de la implementación de una serie de medidas estrictas y la debida observancia de su cumplimiento han logrado enfrentar al Coronavirus con menor cantidad de infectados y fallecidos, consecuentemente con menos dolor y sufrimiento para sus habitantes. Desde luego no es Guatemala uno de ellos.

Es desgarrador saber lo que está sucediendo con los miles de infectados que el sistema de salud tanto público como privado es incapaz de atender diariamente por la falta de espacio, de insumos y de personal; la forma en que estos son rechazados en lo público y engañados en lo privado y que día a día irá en aumento como consecuencia de la parálisis gubernamental.

Es por ello que cada vez que el Dr. Edwin Asturias, director de la Coprecovid pone de manifiesto “que si seguimos con las restricciones de movilidad de personas, el uso universal de la mascarilla y medidas estrictas podemos alterar la curva” (La Hora, Hedy Quino, 1 de julio) nos deja entrever claramente que para él no somos más que borregos y evidencia su incondicionalidad y servilismo hacia el Presidente. A la fecha ha quedado demostrada su incapacidad. Pretender tener el derecho de hacer “llamados” a los guatemaltecos cuando los mismos debe hacérselos a su jefe para que actúe congruente y responsablemente como la crisis lo demanda.

Seguramente está anestesiado ya que desde el 13 de marzo lo único que SI tuvimos fueron shows publicitarios, no así decisiones y medidas drásticas que contribuyeran a frenar la propagación del virus. Al máximo representante del país le hizo falta ser visionario y adelantarse a los hechos con sabiduría, humildad pero la soberbia prevaleció. El comisionado debe dejar la comodidad por unas horas y visitar los hospitales nacionales; los médicos trabajando en condiciones insalubres, ofrendando sus vidas. También debe ir al interior del país, hospitales con infectados de COVID-19 sin servicio de agua potable. Ayer mismo nos enteramos que en el Hospital San Juan de Dios hay tres médicos para atender 90 pacientes infectados además de llevar sobre sus espaldas el resto de emergencias. El Dr. Asturias aceptó el cargo para hacerle el juego al Gobierno y asumir sus irresponsabilidades, ganarse un jugoso salario, vivir a cuerpo de rey en un pueblo sumergido en el abandono. Exíjale al Gobierno, del cual usted es comparsa, que haga algo, NO A LA POBLACIÓN, no tienen ni usted ni su jefe la autoridad moral para demandarnos NADA. No es por falta de dinero ya que son millones de quetzales los que no han sido ejecutados o estarán pasando a otras manos.

Cómo nos explica doctor, que un día hay 747 infectados y los días anteriores 1,208 y 1,221; si la infección va en escalada jamás puede retroceder, es vergonzoso que se presenten estos informes que son consecuencia de la incompetencia total de quienes están a cargo y cuyo objetivo es JUGAR CON EL PUEBLO.

Las últimas semanas, a guisa de ejemplo los supermercados PAIZ han estado invadidos por clientes, sin observarse el más mínimo control, los pasillos saturados de personas. ¿Son estos, acuerdos con la iniciativa privada? Por esto y por todo el desmadre no tiene ningún derecho a decirle al pueblo que de él depende el comportamiento del COVID 19 en las semanas por venir.

Su mirada debe volverse hacia los responsables de esta debacle que están muy cerca de usted. Desde su llegada no ha cambiado nada, no hay resultados positivos, únicamente sus contradicciones, ya que entendimos mal cuando usted propuso que debían hacerse al menos 5,000 pruebas diarias, ahora le ha dado vuelta al número y juega con nuestro intelecto. Que en agosto tendremos diez mil infectados diarios, seguramente serán más debido a su incompetencia y falta de pantalones para asumir su responsabilidad.

Artículo anteriorCortes y cumbres borrascosas
Artículo siguienteConfinamiento