Pedro Pablo Marroquín

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Esposo, papá, abogado y periodista. ¡Si usted siempre ha querido un mejor país, este es su momento de actuar!

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Pedro Pablo Marroquín Pérez
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@ppmp82

Sin Estado de Derecho no hay futuro económico, así de sencillo. En la vida, cruzar peligrosos puentes o abrir puertas que no están hechas para eso, resulta muchas veces en errores que terminan siendo impagables porque sus consecuencias se viven para siempre.

A eso nos estamos enfrentando ahora. La gran mayoría de los que hace años estuvieron de acuerdo cuando la Corte de Constitucionalidad (CC) anuló la sentencia de Efraín Rios Montt por el tema del genocidio, ahora están en contra de una decisión de la misma CC, usando tal resolución como la excusa perfecta para descabezarla.

Cuando los que estaban a favor de la sentencia de Rios Montt dijeron que era una aberración jurídica, se respondió que las resoluciones de la CC se cumplían y no se discutían. Tenían razón pero ese principio sigue rigiendo a la fecha y la gente no puede pretender, tan selectivamente, aplicar algo solo cuando le conviene.

La Corte Suprema de Justicia (CSJ) ha cumplido su función. Fue electa como parte de un pacto entre el PP y LIDER y ha cumplido a cabalidad su defensa del sistema, la protección a mafiosos cuya mejor presentación es el descaro y ha sido el valladar de impunidad que necesita un sistema que se resiste a cambiar.

Pero no por lo anterior, he creído que la debemos eliminarla de tajo o decir que sus resoluciones no se deben cumplir. ¿Qué nos queda? Trabajar más duro para visibilizar los vicios e incrementar los esfuerzos para poder alcanzar los consensos que nos permitan reformar un sistema que no da para más.

A lo largo de mi vida y como profesional, no he estado de acuerdo con todas las resoluciones de la CC pero insisto, no por eso se me ha pasado por la cabeza pretender que se desconozca su autoridad simple y sencillamente porque soy abogado, co dirijo una empresa y asesoro a otras tantas y sé que ese nunca será el camino si lo que deseamos es hacer crecer el pastel para que la gente tenga más acceso a sus pedazos.

Hay muchos en este momento tratando de encontrar salidas, pero la verdad es que cualquier “arreglo” negociado, como por ejemplo, que el Congreso se detenga con el antejuicio, que el Ministerio Público (MP) haga lo que hace ahora, es decir, “hacerse los locos” como coloquialmente decimos y que la CC ya no pida la destituciones por desobedientes, es asegurar que las mafias seguirán intentando lograr su objetivo.

¿Por qué seguirán intentando? Porque elegir las cortes de Gustavo y Felipe Alejos era el eslabón que les faltaba para sentirse tranquilos, porque teniendo Salas y CSJ a su medida les podía ofrecer mejor garantías que sus causas iban a ser cerradas con estrella en la frente en lugar de los raspones que suponen cometer errores pero que, asumidos de buena manera, terminan siendo cicatrices que nos permiten caminar en la vida con la frente en alto.

Sí, hay una salida sencilla: que los pesquisidores y la Comisión Permanente devuelvan el expediente, cumplan con la CC y elijan cortes al tenor de los que establece el 113 de la Constitución, es decir, buscando capacidad, idoneidad y honradez.

Los que quieren cruzar la puerta prohibida sepan esto: el día de mañana cuando exista una invasión, los usurpadores dirán que la orden es ilegal y que no la cumplen; cuando el narco llegue a pedirles su finca, ni se molesten en buscar amparo del Estado de Derecho porque no habrá.

En lugar de estar en este enredo, el acuerdo al que sí podemos llegar es buscar procedimientos abreviados para que juntos podamos construir una mejor Guatemala lejos de los vicios del pasado. Somos muchos los guatemaltecos que en lugar de ver eso como una forma de impunidad, valoramos lo que significa aceptar, enmendar y seguir adelante con la frente en alto y con el acompañamiento de los que creemos que para tener la Guatemala que soñamos, se necesita de todos.

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