Ayer el Presidente hizo una comparación entre Guatemala, Ecuador y Chile con respecto al comportamiento del coronavirus y especialmente en términos de la cantidad de muertos, tanto en números absolutos como por millón de habitantes. Por supuesto no mencionó la abismal diferencia que hay entre las pruebas realizadas en esos países y las que pírricamente hace Guatemala, pero obviamente la idea era dar la apariencia de que aquí todo va muy bien, que su gobierno ha tenido un rotundo éxito en controlar la pandemia, lo que hará que, como con doña Chonita, la gente se relaje y sienta que la cosa no es tan grave.
Hasta Donald Trump entiende, lo cual ya es mucho decir, que a más pruebas se detectan más casos y a la inversa. Si no hacemos pruebas no podemos tener un diagnóstico de la realidad y el mismo doctor Asturias dijo que la cantidad de contagiados puede ser diez veces mayor que la reportada. Y en cuanto al número de muertos hay que decir que no sólo nadie puede tener confianza en los registros oficiales sino que de ser cierta la apreciación de Giammattei, sobre que nosotros hemos controlado mejor la mortalidad, eso tendría que ser resultado de que disponemos de un mejor sistema hospitalario que esos países, con más ventiladores e intensivos para atender a los pacientes críticos.
Las diferencias en las cifras que no mencionó Giammattei ni enfocó la cadena son abismales. Chile, al momento de escribir esta nota, llevaba 1,079,644 pruebas realizadas, Ecuador 144,751 y Guatemala 31,427, datos reflejados en Worldometer (https://www.worldometers.info/coronavirus/#countries) esta mañana. Ecuador anda muy lejos de Chile en cuanto a la realización de los test par comprobar contagios, pero Guatemala ha realizado apenas el 2.9% de lo hecho en Chile, por lo cual estamos hablando de peras y manzanas. El dato de Worldometer sobre las pruebas de Guatemala puede ser muy bajo e inexacto, tomando en cuenta que se están haciendo poco más de mil pruebas diarias, pero precisamente la falta de información coherente y confiable es un de los grandes problemas que hemos señalado hasta el cansancio.
Es bueno levantar el ánimo de la gente, pero con engaños lo que traslada Giammattei es que la cosa no sólo no está tan mal, sino que estamos muy bien comparados con otros países del continente con parecida cantidad de habitantes. Si eso es cierto, dirán algunos, para qué tanta restricción impuesta por el gobierno y es que el mensaje presidencial, que vuelve a las andadas queriendo echar chile con que están manejando bien la pandemia, no es congruente con su final de que todos tenemos que cuidarnos y actuar como si estuviéramos infectados.
Consigan más pruebas e informen con la verdad, porque sólo eso hará que la gente se comporte con responsabilidad, en vez de querer presumir con medias verdades y grandes falacias.