Pedro Pablo Marroquín

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Esposo, papá, abogado y periodista. ¡Si usted siempre ha querido un mejor país, este es su momento de actuar!

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Pedro Pablo Marroquín Pérez
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@ppmp82

Una cosa es ser parte de una empresa que cumple 100 años de existir y otra completamente arribar al centenario en medio de la peor (o una de las peores) crisis sanitaria y económica en la historia del mundo, no digamos en la historia de Guatemala.

Así es la vida, debemos lidiar con los que nos viene y esto es lo que tenemos ahora, pero también es una oportunidad para recordar y mezclar algunas cosas que en medio de la cotidianidad o en este caso, de los agobios pasamos por alto o no le damos la importancia que tienen.

He tenido la oportunidad de poder aportar mi grano de arena en un esfuerzo que empezó hace tanto tiempo. Sin duda no ha sido fácil, hemos cometido errores y hemos tenido salidas en falso, pero gracias a Dios también hemos podido ver el efecto que tiene batallar contra las causas estructurales de un sistema que complica al honrado, dificulta los sueños de aquellos que luchan y que borra a casi la mitad de la población que ha quedado, queda y quedará excluida.

Hemos visto mucho, pero aún nos falta más por ver, hacer y sobretodo lograr juntos. Yo no tuve el gusto de conocer a mi bisabuelo (nací 4 años después) y no trabajé a la par de mi abuelo, sino fue hasta hace 12 años que empecé como otro miembro de la cuarta generación a apoyar a mi padre cómo él lo había hecho con su abuelo y papá.

Muchas han sido las causas que nos han permitido llegar aquí: una, los trabajadores, los que están hoy, los que han estado y los que van a estar. Sin ellos ni cerca. Los lectores, por los que damos todos los días lo mejor respondiendo a la confianza que depositan en nosotros. Los clientes que nos entregan sus recursos esperando una correcta retribución de nuestra parte y en especial, llegamos hasta aquí por el hecho que me enseñó mi padre en función que la pauta no tiene que quedar amarrada a la independencia editorial y la publicación de las noticias.

Me he topado con mucha gente que no está de acuerdo con nuestros puntos de vista, que siente que no debimos haber dado una noticia porque le perjudicaba, pero gracias a Dios nunca me he topado con alguien que me reclama porque nos pagaron para callar y no lo hicimos o alguien que pueda decir que le pedimos dinero para ser menos duros en temas de su interés.

No estamos en la industria de deshacer vidas o negocios, estamos en un esfuerzo para agregarle valor a Guatemala, para apoyar a las personas y a los negocios que lo hacen bien y para que juntos podamos ir sorteando los obstáculos estructurales que requieren de empoderar a la gente con información para ser derrotados. Solo así podemos pensar en un futuro mejor, más justo e incluyente. El honrado en este país no puede vérsela tan a palitos.

Dirigir un medio así (en medio de todos los retos y hasta preocupaciones que se viven) es un lujo y por eso hoy debo agradecer la oportunidad a mi padre y recordarle que valoraré su ejemplo todos los días de mi vida. Sin duda lo que él y mi madre han hecho para guiar estas últimas décadas La Hora, ha sido especial. Hace 12 años empecé soltero esta aventura pero ahora la comparto con mi mujer a la que le agradezco tanto porque nunca me ha soltado la mano a pesar de los cambios que ejercer este oficio nos ha implicado.

Y titulé como lo hice esta columna, porque las cosas hay que decirlas cuando la gente las pueda leer u oír en la tierra y ahora que vivimos una pandemia que se llevará a varios de los nuestros como ya lo hizo y lo ha hecho en el mundo al igual que la violencia, la desnutrición, la corrupción y la pobreza a lo largo de los años, no deje de agradecer y hacer cosas que puedan salvar a otra gente.

Nunca antes en la vida importaba tanto lo que hiciéramos o dejáramos de hacer. Si nos toca trabajar, hay que cuidarnos y tomar las medidas. Si nos quedamos en casa, hay que hacer las cosas de una manera que el resguardo sea efectivo. La responsabilidad con la que encaremos estas semanas que serán las más duras de nuestras vida por muchos factores, nos marcarán la línea futura y por eso, por los que queremos y por el país que tanto luchamos, no podemos fallar.

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