Mariela Castañón
mcastanon@lahora.om.gt
Mañana 19 de junio, La Hora llega a sus 100 años de existencia, marcada por la convicción, los ideales y el compromiso que inició el señor Clemente Marroquín Rojas, que anhelaba un periodismo que incidiera positivamente para el bienestar de la población guatemalteca.
Me siento honrada de ser parte de este centenario, porque fue precisamente en La Hora donde inicié formalmente mi carrera periodística hace casi 12 años.
En La Hora encontré el lugar perfecto para hacer el periodismo que he querido hacer. Ha sido en este vespertino donde he tenido la oportunidad de cubrir, investigar y exponer la situación de la niñez, la adolescencia, las mujeres afectadas por la violencia, las víctimas de diferentes delitos, así como de las contrapartes.
Ha sido desde las páginas de La Hora, donde he podido contar diversidad de historias, de develar casos, que han abierto la puerta a investigaciones, con resultados importantes, que permiten pequeños avances para derribar enormes muros de injusticia.
Además, en La Hora he aprendido a ser la periodista que soy; me han dado lo que tantos periodistas anhelamos: libertad de expresión, proponer temas propios, abordar situaciones desde nuestro criterio y sensibilidad, claro con la mejor guía y la aplicación del método periodístico.
No solo eso, fue La Hora el medio que me abrió las puertas cuando sabía muy poco o nada de periodismo, me acompañó en cada momento de crecimiento profesional, me enseñó a aprender de mis errores, a enmendarlos y a mantener la línea de responsabilidad y atención en cada texto que sigo publicando.
La Hora también me ha permitido alcanzar metas académicas, personales y profesionales que han marcado un antes y un después.
Una de las razones por las que deseaba trabajar en La Hora desde que empecé a estudiar periodismo, era porque me identificaba con la ideología del señor Clemente Marroquín Rojas, quien fundó el semanario La Hora, el 19 de junio de 1920 y quien fue un intelectual comprometido con las causas sociales; sus acciones dejaron una huella indeleble en la historia de Guatemala.
El legado de Clemente Marroquín Rojas fue transferido de generación en generación. En los próximos años La Hora fue dirigida bajo los mismos principios y valores, por los señores Oscar Marroquín y su hijo Oscar Clemente Marroquín.
De los casi 12 años de trabajar en La Hora puedo decir que he tenido el privilegio de aprender del señor Oscar Clemente Marroquín, a quien considero mi mejor maestro y quien me ha enseñado con respeto, paciencia y rigor a ser periodista. Sin duda, no todos los periodistas han tenido la oportunidad de tener un maestro como el mío, que marca la vida para siempre.
Actualmente La Hora es dirigida por don Oscar Clemente Marroquín y Pedro Pablo Marroquín, a quien también le guardo gratitud, respeto y aprecio, por las oportunidades que me ha dado, por su sensibilidad ante los problemas que afectan a la sociedad y por su visión innovadora y creativa.
¡Larga vida a La Hora! Que el legado y el compromiso social perdure para siempre en quienes estamos hoy y estarán mañana. Que este periodismo, no sea indiferente al dolor de nadie, que logre transformar realidades y construir un país mejor.
