Son muchos los conocedores de epidemiología que señalan que el país está volando a ciegas en la pandemia por la falta de suficientes pruebas para tener un cuadro más apegado a la realidad y preocupa el hecho de que cada vez se van conociendo nuevos casos en el entorno de cada quien, lo que obviamente enciende luces de alarma porque se hace evidente que los contagios se están propagando con más velocidad de lo que indican las cifras oficiales.
El director ejecutivo de la comisión contra el COVID-19 ha dicho que tenemos que llegar a realizar por lo menos cinco mil pruebas diarias para tener mejores indicadores de la realidad, pero esa cantidad todavía luce distante porque es evidente que el aparato administrativo del Ministerio de Salud no da la talla para el manejo de una crisis de esta naturaleza. Ayer mismo se produjo el retiro de dos médicos que habían sido anunciados como miembros de la Comisión Presidencial y mientras uno dice que se va porque le quita mucho tiempo y prefiere atender a pacientes de su especialidad, el VIH, y que el ministerio es un desastre, el otro relata que realmente nunca fueron siquiera juramentados ni contratados para integrar la comisión y criticó la forma en que se está operando, al decir que nunca le dijeron las funciones que tendría que atender ni se formalizó su situación en la comisión que preside el Ministro de Salud Pública, panorama que recuerda lo que ha ocurrido con el personal médico, paramédico y de apoyo de los nuevos hospitales.
Lo cierto del caso es que el tema administrativo es vital para enfrentar con eficiencia el problema sanitario que vivimos y es obvio que el Ministerio de Salud está desbordado. Se ignoran cuáles fueron las credenciales del Ministro que respaldaron su nombramiento, pero en la práctica se está viendo que ni siquiera en una comisión de alto nivel no se implementa rápidamente un esquema organizado, no podrá avanzar mucho por buenas intenciones que puedan existir.
El Presidente dijo en alguna de sus presentaciones que éramos uno de los países con menos muertos por millón de habitantes de todo el mundo, pero no dijo que somos uno de los países con menos pruebas por millón de habitantes del mundo y eso tiene mucho que ver con la capacidad de dar seguimiento epidemiológico a los casos. Al día de hoy se reporta que hemos hecho 1,756 pruebas por cada millón de habitantes (Worldometers) y por lo visto no hay capacidad para incrementarlas. Sin pruebas suficientes no habrá resultados suficientes para encarar con acierto el futuro.
