Mariela Castañón
Norma murió el 13 de junio de 2013 (hace 7 años), a las 11 de la mañana en un bus de la ruta 40R, cuando un grupo de delincuentes asaltó la unidad de transporte en el paso a desnivel de Tecun Umán, en la zona 9.
La muerte de Norma Ileana Álvarez Ruiz, de 48 años, no fue una estadística como desde la frialdad y la normalización de la violencia se observa o se menciona. Su caso, al igual que las decenas de muertes en los buses provocan un profundo dolor en las familias.
El día que Norma perdió la vida, yo estaba en la redacción escribiendo otras noticias de violencia. El tiempo para la entrega de mis notas no permitía que me movilizara hasta el lugar donde había ocurrido el asalto, solo recopilé los datos preliminares con el apoyo de los Bomberos Municipales.
En el material que me compartieron los bomberos había una imagen que hablaba por sí sola: un señor adulto mayor, llorando cerca del cuerpo de Norma. Otras personas tratando de sostenerlo.
Una semana después seguimos el caso. Desde la jefatura editorial se consideró importante destacar la historia de Norma y hacer una investigación para fiscalizar las funciones de cada institución involucrada en la seguridad y el transporte, es decir: Ministerio de Gobernación, Ministerio de Comunicaciones, Asociación de Transportistas Urbanos, Gremial de Transporte Extraurbano de Rutas Cortas, Dirección General de Transporte Extraurbano.
La familia de Norma abrió las puertas de su casa para atendernos, también lo hizo una de sus amigas, que la acompañaba el día del asalto en el bus.
Alida España, amiga de Norma estaba afectada física y psicológicamente; estaba enyesada y con tristeza, aún así nos ayudó a entender lo ocurrido.
“Cuando el bus empezó a descender en el puente, los tipos que iban en la parte de atrás se pararon juntos y dijeron esto es un asalto, saquen todas sus pertenencias de valor, porque si no los matamos. Yo iba sentada y ella (Norma) iba parada, me quedé muda (…). Después solo vi cuando ella se fue para la salida del bus. Quiso salir huyendo. De repente, la gente solo dijo se mató la señora”, relató Alida.
Según España, todo ocurrió muy rápido y creyó que su amiga sufrió una crisis nerviosa, que incluso pudo dejarla sin visión, al punto de caer o lanzarse del bus.
La madre de Norma, María Ruíz, recordó que su hija era una mujer trabajadora, con talento y fortaleza para enfrentar los desafíos de la vida. Vendía ganchos, compraba playeras y les agregaba diseños, bordaba bolsas de lona.
César Álvarez, el señor que observé en la foto el día del asesinato de Norma, estaba muy lastimado y en esa ocasión exigió acciones efectivas por parte del Ministerio de Gobernación, en ese entonces dirigido por Mauricio López Bonilla.
Cuando terminamos de hablar, la mamá y amiga de Norma me mostraron las bolsas de lona que ella hacía, de las cuales todavía conservo una. La mamá de Norma recordó que días antes del asalto en el bus, Norma le había dicho que la fecha de su cumpleaños se acercaba, cumpliría 49 años y quería celebrarlo con un asado en familia. Ese día no llegó.
Descanse en paz Norma. Que este espacio sirva para dignificar su memoria y recordar su vida, trabajo honrado y talento. Que la paz y el consuelo permanezca en el corazón de su familia.