Pedro Pablo Marroquín

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Esposo, papá, abogado y periodista. ¡Si usted siempre ha querido un mejor país, este es su momento de actuar!

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Pedro Pablo Marroquín Pérez
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@ppmp82

El Gobierno ha anunciado el plan de desescalada y reconoce que aún nos falta para llegar a implementarlo porque todavía debemos contener la pandemia, pero al menos ya ofrecen algunas luces de lo que es el camino en un mundo más o menos ideal.

Ahora bien, todo el proceso pasa por la capacidad que tenga el país para conseguir pruebas y la capacidad que tengamos de procesar las mismas porque no solo se trata de obtenerlas -que ya es un gran problema porque todo el mundo compite por lo mismo- sino de tener la capacidad para procesar las mismas en mayor medida, con protocolos seguros.

Hoy publicamos recomendaciones de la Procuraduría de los Derechos Humanos porque entre otras cosas, advierten: “En cuanto a los problemas identificados, la PDH, destaca que las muestras se trasladan sin la ficha epidemiológica correspondiente, algunas solicitudes no especifican si son pruebas de control y otras se trasladan sin identificación, por lo que es imposible que se procesen o incluso algunas no tienen material suficiente para hacerlo, entre otros”.

Del 21 de mayo al 3 de junio se han procesado 23,608, lo que da un promedio de 1,686.28 pruebas corridas por día. Dentro de ese rango de 14 días, solo en dos ocasiones sobrepasamos las 2 mil pruebas, el 24 y el 26 de mayo con 2,300 y 2,125 pruebas, respectivamente.

Hay quienes, incluido al doctor Edwin Asturias, han expresado que para que Guatemala pueda ir teniendo mayor éxito en el control de la pandemia y pensar en ir avanzando de fases, necesitamos llegar a poder procesar al menos 5 mil pruebas diarias y así ver si tenemos descensos que podamos considerar precisos.

Será importante conocer en los próximos días el plan que tiene el Gobierno y la Comisión Presidencial Contra el COVID-19 para conseguir esas pruebas y con eso, incrementar nuestros chances de controlar la propagación de la enfermedad y prevenir una segunda oleada, una vez salgamos de la primera.

Ayer miércoles se dijo en la conferencia que cuando haya suficiente cantidad de pruebas se entra en la fase 0, lo que además se tiene que conjugar con un descenso en la cantidad de casos y de ahí empezamos a contar los 14 días para ir esperando tener resultados satisfactorios e ir cambiando de fase.

Ayer el presidente Giammattei dijo que los hospitales no están colapsados y aunque se reconoce algún intento porque la información fluya de mejor manera, nos siguen faltando elementos para tener mejores nociones de la realidad y de la manera en la que lo están viviendo los enfermos, personal médico en primera línea y las causas que han provocado el fallecimiento de 143 personas, así como el estado de los asintomáticos y cantidad de personas en hoteles.

Siempre he dicho que esto es de todos y eso pasa por cuidarnos y cuidar el prójimo, sin duda alguna. Los que podemos, debemos lavarnos las manos constantemente y digo lo anterior, porque no toda nuestra gente tiene acceso a agua potable y solo Dios sabrá qué tanto acceso a gel tengan.

Usar tapabocas todo el tiempo y más cuando no hay distanciamiento se vuelve clave y mantener la distancia entre las personas más, sin olvidar que debemos hacernos hábitos para no tocarnos los ojos sin habernos lavado las manos. En la medida que logremos eso, los chances de enfermar disminuyen y como bien dijo el Dr. Asturias, un enfermo menos puede significar una cama menos en estos duros momentos.

Insisto, por todo lo anterior, es que se vuelve vital conocer el plan para adquirir las pruebas y mejorar la capacidad para procesarlas porque de lo contrario, la luz al final del túnel pierde su brillo.

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