Edith González

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Nací a mediados del siglo XX en la capital, me gradué de maestra y licenciada en educación. He trabajado en la docencia y como promotora cultural, por influencia de mi esposo me gradué de periodista. Escribo desde los años ¨90 temas de la vida diaria. Tengo 2 hijos, me gusta conocer, el pepián, la marimba, y las tradiciones de mi país.

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Edith González

“Si continúan perforando pozos para obtener agua, cada vez será a más profundidad poniendo en peligro el subsuelo”
Ingeniero Eddie Sánchez, ex director del INSIVUMHE.

Es frecuente conocer denuncias con fotografías en los medios de comunicación impresos, entrevistas de radio y videos de la televisión, en donde guatemaltecos de casi todo el país, se quejan por la falta de agua.

A mediados del siglo pasado estas imágenes no se imaginaban. Guatemala tenía agua por todas partes aunque en un 90% no era potable, pero se consumía. Los guatemaltecos que crecieron en la provincia gozaban con ir los sábados a los ríos en donde el pretexto era el baño, aunque se pasara toda la mañana creando juegos con el agua.

Aquello es historia. Los ríos caudalosos se han convertido en ríos de invierno y sus corrientes los doce meses del año arrastran basura, de la cual usted ni se imagina. Sumemos ahora la explosión demográfica que se ha extendido de manera silenciosa en una superpoblación que necesita entre los básico para el desarrollo diario, del agua.

Cuándo en la entrada del nuevo siglo se dio la alerta, se iniciaron las perforaciones de pozos. Camiones tanques con 500 galones de agua, reparten él liquido en especial en sectores paupérrimos de la ciudad, hasta a 54 quetzales el tonel.

Falta una normativa que regule el uso y extracción del agua. Existe contaminación en los ríos y mantos acuíferos. Existe sobreexplotación de los recursos hídricos subterráneos, según denuncias de organizaciones de cuidado del ambiente.

Eso es parte del problema. Las leyes para proteger al agua en Guatemala son frágiles, y en la mayoría de los casos no se cumplen. Las municipalidades como parte de sus obligaciones para sus conciudadanos deberían de decir presente en la solución de agua para sus comunidades.

Una conocida profesional universitaria me comentó que lo primero que hacen los nuevos alcaldes es comprar su “picopon”, construir un edificio municipal, levantar un arco en la entra del pueblo asfalta una calle, la que lleva a su propiedad y …hasta ahí llegamos.

El agua está en todas partes, en las nubes, en la humedad del ambiente, en ríos, lagos y océanos, debajo de la tierra, dentro de las plantas y los animales, incluso dentro de nosotros. ¿Sabías que aproximadamente el 75% de nuestro cuerpo es agua?

Aunque existe mucha agua en nuestro planeta, el 97% es salada, no sirve para beberla, ni para usarla en las industrias. El agua dulce que podemos usar para consumo humano se encuentra en los lagos, ríos y la lluvia, y ésta en total es menos del 1% del planeta.

Con el rápido crecimiento de la población, las extracciones de agua se han triplicado en los últimos 50 años. Esta tendencia se explica en gran medida por el rápido incremento del desarrollo de sistemas de irrigación, estimulados por la alta demanda de alimentos en los años 70 y por el continuo crecimiento de economías basadas en la agricultura.

Mucho antes de esta pandemia el estrés hídrico ya estaba en Guatemala… ¿tendremos fortaleza para aguantarlo? o seremos capaces, como derrotaremos al coronavirus, de evitar que nuestras futuras generaciones se mueran de sed…

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