Factor Méndez

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Defensor Derechos Humanos. Catedrático. Periodista/Escritor. Estudió Derecho, Derechos Humanos y Trabajo Social en Guatemala, Honduras y Costa Rica. Catedrático San Carlos y Rafael Landívar. Fundador Centro de Investigación, Estudios y Promoción de Derechos Humanos CIEPRODH. Autor de ensayos y artículos sobre temas sociales, políticos, memoria histórica y Derechos Humanos.

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Factor Méndez Doninelli

La gloriosa Asociación de Estudiantes Universitarios (AEU) de la Tricentenaria Universidad de San Carlos de Guatemala (Usac), cumple 100 años de escribir historia nacional.
Ligada a las luchas estudiantiles y populares, intolerable con las dictaduras militares, es la única y genuina expresión organizada de los estudiantes guatemaltecos.
Felicitaciones a la juventud valiente, beligerante y estudiosa organizada en la AEU.

En Guatemala, debido a las difíciles condiciones sanitarias creadas por la expansión de la pandemia provocada por la Covid-19, la situación de la gran mayoría de la población se ha complicado sobretodo en los ámbitos económico, laboral y de subsistencia familiar. Hoy, la población está más angustiada, desentendida y desesperada que antes de iniciar la crisis. Ahora, los casos positivos han crecido exponencialmente, el dato más reciente ofrecido por el presidente Alejandro Giammattei, indica que la cifra de contagios se eleva a 2,512 de los cuales, hay 222 recuperados y 48 personas fallecidas. Lo seguro es que los números sigan creciendo, por la ineficacia e improvisación en el manejo de la grave situación.

Las medidas y disposiciones adoptadas por las autoridades nacionales para controlar y detener la pandemia, parece que no están dando los resultados positivos esperados. Después de más de dos meses que se decretó el estado de calamidad, se impuso el toque de queda restringiendo la movilidad de las personas y se ordenó el confinamiento de la población en sus hogares, poco a poco se van conociendo los baches, vacíos, deficiencias y abusos que rodean el manejo de la crisis. Y existen algunas condiciones que pese al tiempo transcurrido desde que se decretaron todas las medidas, resulta inaceptable que estén ocurriendo.

Lo primero es el colapso de la red hospitalaria, pese a que se habilitaron hospitales de campaña y se ofreció todo el apoyo para equipar a los hospitales nacionales, esto no ha ocurrido aún. Los equipos humanos dedicados a la atención sanitaria debido a la escasez que padecen, siguen reclamando insumos, equipos de protección personal, mascarillas y salarios impagos. Ya hacen falta camas, la disponibilidad está rebasada y no digamos respiradores artificiales, es decir, todo está colapsado y lo peor es que cada día los casos están aumentando. Lo concreto es que se desconocen los planes y proyectos oficiales, más parece que aún no saben qué hacer y cómo detener la rápida y ascendente curva de contagios.

Tal situación empeora las condiciones de vida y salud de la población, lo que se traduce en violaciones a los derechos humanos. Por eso, la Comisión Interamericana de Derechos Humanos (CIDH) presentó el 16 de mayo 2020 un balance de acciones, impactos y resultados alcanzados por su Sala de Coordinación y Respuesta Oportuna e Integrada a Crisis para la pandemia de Covid-19 (SACROI COVID-19) que elaboró la Resolución 1/2020 sobre Pandemia y Derechos Humanos, que contiene 85 recomendaciones a los Estados de la región. La SACROI COVID-19, fue creada para fortalecer las capacidades institucionales de la CIDH para la debida protección y defensa de las libertades fundamentales y derechos humanos en este contexto, con la estrategia de dar seguimiento a las afectaciones a los derechos humanos de poblaciones y grupos en situación de vulnerabilidad en el contexto de la crisis por la pandemia del coronavirus.

La citada Resolución hace un llamado a los Estados Miembros, “…a adoptar inmediata y transversalmente el enfoque centrado en los derechos humanos en toda estrategia política o medida estatal dirigida a enfrentar la COVID-19, incluyendo planes para la recuperación social y económica…” Ahí tiene la clave presidente Giammattei.

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