Jorge Morales Toj
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El 22 de mayo de 1995, 160 familias víctimas y sobrevivientes del conflicto armado interno, k’iche’s, mames, cakchiqueles, ixiles, achíes, tzutujiles, quienes fueron obligados por las fuerzas represivas del Estado en los años ochenta a salir de sus comunidades y vivir un doloroso desplazamiento interno en la ciudad capital, luego de varias luchas, decidieron constituir la Comunidad Indígena Mario Antonio Díaz y de manera organizada ocupar pacíficamente tierras del antiguo Banco Nacional de la Vivienda Banvi, ubicadas en la colonia Santa Isabel II de Villa Nueva.
Los habitantes de Comunidad Indígena Mario Antonio Díaz, procedentes de palomares, de barrancos y colonias marginales, como desplazados internos resguardaron sus vidas y su identidad por años, ante la constante persecución de las fuerzas represivas de los gobiernos, irrumpieron al escenario nacional con manifestaciones pacíficas y ocupaciones del Banvi, para demandar un reconocimiento por parte del Estado.
Durante el Gobierno de Ramiro de León Carpio, a través Comisión Especial para Refugiados y Retornados CEAR se instalaron distintas mesas de negociación con delegados de la Comunidad Mario Antonio Díaz, quienes tuvieron el acompañamiento del Consejo Nacional de Desplazados Internos de Guatemala CONDEG y la observancia la Procuraduría de los Derechos Humanos y de la Misión de Naciones Unidas para Guatemala Minugua. Interminables mesas de alto y de bajo nivel formaba el gobierno e implementaban medidas dilatorias para invisibilizar y acallar las demandas de los comunitarios.
Hace 25 años, en pleno conflicto armado interno, en Guatemala se vivía un ambiente de guerra y de esperanza, porque el gobierno y la guerrilla guatemalteca agrupada en la Unidad Revolucionaria Nacional Guatemalteca estaban en un proceso de negociación y uno de los temas candentes en la mesa de negociación, era el tema socioeconómico y situación agraria. Era una etapa difícil para Guatemala, porque existía graves violaciones a los derechos humanos.
En medio del fragor de la guerra, la Comunidad Indígena Mario Díaz, estaba sufriendo cárcel de algunos de sus miembros, secuestros y las constantes amenazas de las fuerzas represivas del Estado, por tal razón, de manera consensuada deciden, como última medida de presión y como la única alternativa, la ocupación pacífica de las tierras del Banvi de Santa Isabel II, el día 22 de mayo de 1995.
Desde Santa Isabel II, la Comunidad Indígena Mario Antonio Díaz, les abrió los brazos a miles de familias de distintos sectores de colonias marginales de la ciudad capital y juntos construyeron la Colonia Santa Isabel II y desde esas trincheras, en medio de constantes enfrentamientos con las fuerzas represivas y con acciones de presión a distintos gobiernos lograron que el Estado les vendiera los lotes a miles de familias, que lucharon por su derecho a la tierra y a la vivienda.
A 25 años de aquella gloriosa hazaña de los sobrevivientes del genocidio de la Comunidad Indígena Mario Antonio Díaz, solo queda rendir tributo a sus muertos, a sus desaparecidos y decirles gracias por su ejemplo. Ahora, año con año, la comunidad comparte un pedacito de su cultura maya y con vistosos convites, grupos artísticos, bailes del torito, misas y cultos celebran su aniversario. Los habitantes de Santa Isabel II, cada 22 de mayo, comparten la alegría de tener un pedacito de tierra, desde donde reivindican su derecho a vivir en paz y hermandad.