Factor Méndez

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Defensor Derechos Humanos. Catedrático. Periodista/Escritor. Estudió Derecho, Derechos Humanos y Trabajo Social en Guatemala, Honduras y Costa Rica. Catedrático San Carlos y Rafael Landívar. Fundador Centro de Investigación, Estudios y Promoción de Derechos Humanos CIEPRODH. Autor de ensayos y artículos sobre temas sociales, políticos, memoria histórica y Derechos Humanos.

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Factor Méndez Doninelli

En Guatemala ante la Covid-19, el gobierno derechista del presidente Alejandro
Giammattei, sigue improvisando sin saber a ciencia cierta cómo atacar con eficacia y
eficiencia al virus silencioso, invisible y mortal. Aunque existen protocolos de actuación
del personal sanitario recomendados por la Organización Mundial de la Salud (OMS), para
enfrentar y manejar la pandemia de la Covid-19, después que hemos visto el ejemplo
desastroso de otros países que no siguieron las recomendaciones establecidas y ahora que
en Guatemala experimentamos un elevado número de contagios que crece todos los días,
los guatemaltecos nos damos cuenta que dos meses después que se declaró el estado de
calamidad por esta crisis sanitaria, los resultados no son satisfactorios ni mejores al
contrario parece que hay una involución, que otra vez, estamos retrocediendo.

¿Por qué no hay hasta ahora, un plan para contener eventualidades de esta naturaleza y
atender la elevada demanda humana que en este caso está generando la Covid-19? Es
acaso que hubo falta de claridad por parte de los gobernantes, que no se dieron cuenta
que lo peor estaba por venir, que ya en estos momentos tenemos un incremento
exponencial de casos positivos que con seguridad van a rebalsar el débil sistema de salud
del país.

Un ejemplo simple, el colapso anunciado de los hospitales nacionales destinados
exclusivamente para atender pacientes positivos con Covid-19. Las camas agotadas,
carecen de insumos, medicamentos y equipos de bioseguridad para protección del
personal sanitario conformado por médicos, enfermeras, técnicos, auxiliares. En otros, el
personal médico ha denunciado insuficiencia de personal, impago de salarios, mala
atención de alimentación a los equipos sanitarios y falta de equipos de protección.
Ante el aumento de casos positivos, el presidente Giammattei en reciente mensaje a la
Nación, no aludió al colapso de los hospitales nacionales ni tampoco al reclamo de los
equipos sanitarios. Al contrario, mantiene vigente el toque de queda que ahora aumentó
en una hora, (involución), decretó nuevas medidas restrictivas, cerró el país durante 72
horas contadas del viernes 15 al lunes 18 de mayo, significa que con contadas excepciones
impide la libre locomoción de personas y de vehículos.

He sostenido antes, que el confinamiento está haciendo aguas entre la población, en
particular los asuntos económicos y de subsistencia diaria. Siendo Guatemala un país
donde abundan la pobreza y pobreza extrema, la mayoría de la Población
Económicamente Activa (PEA) trabaja en el sector informal, por lo que el encierro
obligatorio les impide generar ingresos necesarios para sobrevivir. Estas condiciones
aumentan la angustia y desesperación de muchos, que ya claman por ayuda y alimentos
porque después de dos meses de emergencia, han agotado sus recursos y no han recibido
ayuda o apoyo gubernamental.

A las anteriores condiciones negativas y adversas que no contribuyen al bienestar de las
personas, su vida y salud, se agrega la total opacidad que mantiene el gobierno con
relación al uso y gastos de miles de millones de quetzales que semanas atrás, aprobó el
Congreso Nacional para atender las ingentes y urgentes necesidades que se desprenden
de la emergencia sanitaria. Es inaceptable que a estas horas, el personal sanitario reclame
insumos, equipos de protección, medicinas y hasta mascarillas.

La opacidad es contraria a la transparencia y sugiere corrupción, el presidente Giammattei
está obligado a rendir cuentas, es un deber constitucional.

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