El Presidente ha dicho a lo largo de esta crisis que “juntos podremos salir adelante” y tiene toda la razón porque dividirnos en estos momentos difíciles no conviene a nadie y enturbia el trabajo que todos debemos hacer, desde nuestro respectivo campo, para colaborar a ese esfuerzo colectivo. Ayer, sin embargo, arrancó el Presidente su mensaje en Cadena Nacional con un ataque a los periodistas, a quienes acusó de estar exigiendo que se proporcionen los nombres y detalles de los contagiados por el Covid-19 e, inclusive, de haber amenazado con demandar legalmente al gobierno por su negativa a dar nombres.
Hemos visto los mensajes de nuestros reporteros y los de los de otros medios que se comunican por medio de un grupo de WhatsApp con el Secretario de Comunicación Social y con la comunicadora de Salud Pública y no encontramos ningún mensaje pidiendo nombres o dirección de la vivienda de los enfermos por la pandemia. Siguiendo las políticas recomendadas por la OMS y la OPS, así como por expertos epidemiólogos, se ha solicitado información sobre los territorios donde se producen esos nuevos casos, información que es valiosa no sólo para quienes toman decisiones sino para la misma población a efecto de redoblar sus cuidados. Si alguien pidió detalles comprometedores como la dirección de la vivienda o el nombre de los infectados, debiera señalarse con nombre y apellido porque no es correcto meter a todos los periodistas en el mismo costal y pelear con todo un gremio con señalamientos que no son reales.
Cuando se divulgó el primer caso de coronavirus fue el mismo Presidente quien, en un error que se entendió como involuntario, informó el nombre de la persona contagiada y, efectivamente, ello trajo consecuencias irracionales entre alguna gente que lejos de sentir solidaridad y compasión arremetió contra la familia. La Hora, desde ese día, dispuso que aunque el Presidente diera los nombres aquí no se publicarían para salvaguardar no solo el derecho a la privacidad sino la integridad de las personas. Jamás, entonces, podríamos autorizar a nuestros reporteros a que irresponsablemente estuvieran exigiendo los nombres de los contagiados o la dirección de su vivienda.
Es momento de unir esfuerzos y eso no quiere decir que ni nosotros estemos de acuerdo en todo con las medidas oficiales ni que al gobierno le agrade todo lo que dice la prensa. Pero lo que no se vale, ni de un lado ni de otro, es dar informaciones falsas que puedan generar confusión y reacciones lamentables de la ciudadanía. Hemos dispuesto que la primicia no es nuestra prioridad y preferimos tomarnos tiempo para corroborar todas y cada una de las informaciones que nos llegan, consultando a todas las fuentes posibles. Lo mismo podría y debería hacer el gobierno y entendemos que el vocero presidencial le aclaró al mismo doctor Giammattei que los periodistas no estaban pidiendo esos datos.
Evitar malentendidos y hablar con la verdad será la mejor receta para lograr esa unidad tan necesaria ahora en Guatemala.