Es evidente que en medio de la crisis es importante recibir las informaciones oficiales para que todos sepamos cómo actuar en cada uno de los casos y para garantizar que todos los ciudadanos tengan acceso a las informaciones el gobierno tiene que difundir mediante cadenas nacionales. El Presidente ha escogido un canal de televisión por cable y una cadena de radiodifusoras como sus instrumentos para difundir comunicaciones oficiales, pero la ciudadanía no está advertida de que se darán esas informaciones que, por lo tanto, no terminan siendo verdaderamente oficiales, lo que obliga a suponer que tras las declaraciones que de el gobierno a un medio de comunicación en particular, se haga un comunicado oficial, ordenando y estructurando adecuadamente todas las informaciones dispersas que pueda dar el doctor Giammattei, a efecto de una difusión global que se pueda garantizar que llegue a la mayor cantidad de personas.
El sistema de información oficial en estas circunstancias es fundamental y es absolutamente necesario que exista una buena difusión. El Presidente tiene todo el derecho de hablar con los medios que él prefiera, pero el asunto es que el gobierno tiene la obligación de informar a todos y no sólo al auditorio o a los televidentes de una determinada empresa y la forma de resolver el problema es que la Secretaría de Comunicación Social de la Presidencia lleve detalle de lo que el mandatario va diciendo y explicando para luego elaborar boletines que contengan la información, de manera que se pueda difundir a todos lados y a toda la población.
Es evidente que existen confusiones y se pudo ver con las preguntas que al aire se formularon al Presidente. El mismo presentador de la radiodifusora, luego de haber escuchado el anuncio de nuevos casos, hizo su propia contabilidad aumentando el número total, por lo que fue rectificado por el presidente. Eso es una muestra clara de que es necesario que exista una información OFICIAL, que tiene que ser confiable.
Debe sistematizarse la información para que sea lo más efectiva. Las declaraciones y respuestas dispersas no pueden ser anotadas por la gente y por lo tanto sirven de muy poco y es una pérdida de tiempo en medio de una crisis que demanda eficiencia y seriedad en todo lo que se hace.