Grecia Aguilera

Periodista, escritora, filósofa y musicóloga. Excelsa poeta laureada. Orden Ixmukané, Orden de la Estrella de Italia, Homenaje del Programa Cívico Permanente de Banco Industrial, Embajadora y Mensajera de la Paz.

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GRECIA AGUILERA

“Mira que te mando que te esfuerces y seas valiente; no temas ni desmayes, porque el Señor tu Dios estará contigo en dondequiera que vayas.” Tenemos que tener toda la fe que vence al mundo y una gran fortaleza para continuar en estos tiempos tan difíciles por causa del Covid-19. Obedezcamos las órdenes impuestas por el Gobierno de Guatemala para evitar que continúe la propagación de esta enfermedad altamente infecciosa y contagiosa, y demos gracias a Dios omnipotente, omnisciente, omnímodo, que eligiera como gobernante de nuestro país a una persona proba que además es médico, el doctor Alejandro Giammattei. No pudo ser nuestro dirigente ni antes ni después, fue en este preciso momento, “en el tiempo y lugar correcto” para que como Presidente Constitucional de la República de Guatemala, pudiera afrontar con sus conocimientos de medicina, con gran responsabilidad y sabiduría, esta calamidad pública. Él ha estado presente, trabajando duro, luchando contra la corriente para lograr salir a flote como el Arca de Noé; no ha abandonado a la ciudadanía y se ha esforzado, realizando en casi dos meses y medio que lleva como presidente, lo que quizá no hubiese hecho otro gobernante en cuatro años. En el libro del profeta Daniel leemos: “Sea el nombre de Dios bendito por los siglos de los siglos, porque la sabiduría y el poder son de Él. Dios es quien cambia los tiempos y las edades; quita reyes y pone reyes; da sabiduría a los sabios, y conocimiento a los entendidos. Él es quien revela lo profundo y lo escondido; conoce lo que está en tinieblas, y la luz mora con Él.” Dios no se equivoca, nos ama con amor perfecto, sus planes son perfectos, siempre tiene el control de todo, sabía lo que sucedería en este año 2020, por ello pienso que el doctor Alejandro Giammattei es la persona idónea para estos momentos, una esperanza para Guatemala, una luz al final del túnel que logra vislumbrar el camino a seguir entre la encrucijada. Y como una profecía, al comienzo del discurso que pronunció en la ceremonia de toma de posesión como mandatario declaró con viva emoción: “Gracias al pueblo de Guatemala por todo, gracias al pueblo de Guatemala por su confianza, por su apoyo. Hoy y siempre, ustedes serán los verdaderos protagonistas de la historia de este país. Hoy ante ustedes, los que no se encuentran aquí, los millones de guatemaltecos que están allá afuera de esta sala, quiero darles las gracias por esa confianza que depositaron en las urnas y que sepan que a partir del día hoy la voy a honrar con esfuerzo, con trabajo y con dedicación. Pero aprovecho también para agradecer profundamente a Dios, por el honor de dirigir los destinos de esta Nación a la que tanto amo por los próximos 4 años. A partir del día de hoy, en mi persona, tendrán los guatemaltecos y guatemaltecas más que a un primer mandatario de la Nación, tendrán por encima de cualquier cosa: al primer servidor de la Nación.” Y lo está cumpliendo. Sigamos orando por Guatemala y el mundo entero, el Salmo 23 es una magnífica plegaria: “El Señor es mi pastor; nada me falta. En verdes praderas me hace descansar, a las aguas tranquilas me conduce, me da nuevas fuerzas y me lleva por caminos rectos, haciendo honor a su nombre. Aunque pase por el más oscuro de los valles, no temeré peligro alguno, porque tú, Señor estás conmigo; tu vara y tu bastón me inspiran confianza. Me has preparado un banquete ante los ojos de mis enemigos; has vertido perfume en mi cabeza, y has llenado mi copa a rebosar. Tu bondad y tu amor me acompañan a lo largo de mis días, y en tu casa, oh Señor por siempre viviré.” Y los primeros versículos del Salmo 27 expresan: “El Señor es mi luz y mi salvación ¿De quién podré tener miedo? El Señor defiende mi vida ¿A quién habré de temer?” Que Dios bendiga a Guatemala y al mundo entero.

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