Luis Fernando Bermejo Quiñónez

@BermejoGt

post author

Por: Lic. Luis Fernando Bermejo Quiñónez
@BermejoGt

El gobierno ha tomado medidas correctas en promover la suspensión de actividades económicas en estas semanas, pero este enfoque simplemente no es sostenible en el largo plazo para economías como la nuestra. El gobierno debe descentralizar las pruebas de diagnóstico, conocer nuestra realidad y elaborar un plan de “relajación” de la suspensión de actividades conforme se vayan recibiendo datos de la expansión de la enfermedad y focalizar esfuerzos en aislar a los enfermos y vulnerables y reactivar la economía con los grupos sociales menos vulnerables como lo ha hecho Singapur y Corea del Sur. Es mucho más barato adquirir en masa pruebas de diagnóstico y distribuirlas inteligentemente que seguir colapsando la oferta de bienes y servicios que ya está causando un desempleo enorme y eso colapsará la demanda agregada. Los datos deben ser nuestra “brújula” en adelante.

En cuanto a medidas económicas, se puede apreciar que en países desarrollados se están haciendo esfuerzos inimaginables, rompiendo con la ortodoxia ideológica y económica. Los gobiernos están prestando directamente a industrias “estratégicas”, garantizando obligaciones del sector privado, y en EEUU, está llegándose al extremo de usar el “helicóptero de dinero” y “regalarle” un “ingreso básico” a la población para paliar la crisis, idea que a pesar de venir del paladín del libre mercado Milton Friedman y su “impuesto sobre la renta negativo”, se veía hace unos meses como una fantasía “chaira”. Recalco esto porque, a pesar de que los Republicanos se pintan como los “libre mercado” y contra los déficits de gobierno (aunque se hayan olvidado esto en la era Trump), la administración está tomando medidas sin precedentes con los Demócratas dejando la ortodoxia por fuera. La ortodoxia debe ceder a las medidas pragmáticas e inteligentes en estos momentos de emergencia.

Lo anterior viene a tema porque en Guatemala estamos ante la misma disyuntiva. En estos momentos estamos ante una coyuntura histórica donde debemos dejar prudente, transparente e inteligentemente la ortodoxia. En estos momentos el Gobierno ha planteado prestarle dinero al Banguat de sus reservas invocando la cláusula de emergencias en el artículo 133 de la Constitución. Sin ser economista pero apreciando el calado de la crisis, me parece adecuado y eso es lo que están haciendo economías desarrolladas e incluso países como Perú (en mayor escala) que han tenido una “macroeconomía estable” como la nuestra. Dejando de lado los montos que pueda ser prudente prestar a los expertos, me parece que el Gobierno va en la dirección correcta de usar ese mecanismo extraordinario. También me parece bien que el IGSS se haya resistido a la sugerencia de algunos grupos interesados en responder con sus fondos para programas para los que no fue creado, preservando su solvencia. El gobierno pretende establecer un programa donde se otorguen estipendios a centenares de familias en forma directa, pero no ha dicho con claridad cómo lo hará. Me parece que bajo la coyuntura, el gobierno debería usar el financiamiento del Banguat en dos vertientes, destinando un fondo para aportar al IGSS (saldando parte de su deuda histórica) para crear un seguro de desempleo temporal para el sector formal y otro para destinarlo al sector informal (70% de la economía). Me parece que el “helicóptero de dinero” debe abordar la dualidad de la economía de Guatemala. Por otro lado, insto al Presidente que al igual que en Paraguay tome la iniciativa de, temporalmente, reducir los salarios del sector público para crear un fondo de ahorro para esta crisis. La población tiene la sensación que sólo la iniciativa privada está soportando esta crisis y eso no puede ser así. El Gobierno pareciera que en sus pedidos de ampliación presupuestaria va en la dirección contraria. Insisto que en esta época, debemos dejar atrás la ortodoxia, pero velar porque lo que se haga sea prudente, inteligente y transparente.

Artículo anteriorEn medio del coronavirus organizaciones campesinas demandan atención
Artículo siguienteEl dilema de la informalidad