Vivimos circunstancias que obligan a trabajar en la articulación de un gran consenso que involucre a todas las fuerzas vivas del país. El viernes el Papa Francisco recordó a la humanidad que estamos todos en un mismo barco que demanda el concurso de todos para salir delante de la crisis que se vive por el coronavirus y en Guatemala, donde las condiciones sociales hacen más dramática pero también más peligrosa la situación, es momento de que trabajemos todos en la búsqueda de acuerdos que nos permitan compartir el esfuerzo y que aseguren un resultado efectivo que no sólo beneficie a todos, sino que distribuya proporcionalmente la carga para que no quede nadie sin hacer su aporte y que el sacrificio de cada uno tenga sentido en términos de los frutos que se pueden lograr, empezando por el de la paz social.
Hemos tenido algunos experimentos en ese sentido a lo largo de la historia y debemos aprovechar lo bueno y tener cuidado con lo malo que ha ocurrido en esas oportunidades anteriores. En este momento tenemos que llegar a las instancias de diálogo con más propuestas que rechazos y con más disposición a entender a los demás que nunca. No se trata de una negociación típica en el sentido de que cada parte busca más ventaja o provecho, sino de una situación en la que todos tenemos que mostrar la más absoluta disposición a entender al otro, a escuchar sus planteamientos y a ceder mutuamente para que no se hunda ese barco común del que nos habló el Pontífice al recordar la barca que zozobraba ante la tempestad que se desató inesperadamente provocando el miedo de los Discípulos.
En las actuales condiciones el único ganador tiene que ser el bien común y ello es posible mediante la madurez de los participantes y la seriedad de las propuestas, acordes con la seriedad de la pandemia con sus consecuencias sanitarias, económicas y sociales. El Instituto Guatemalteco de Seguridad Social, escogido como instrumento para canalizar un esfuerzo sin precedente de apoyo a los trabajadores y las empresas, puede ser el epicentro de ese diálogo que se debe emprender cuanto antes para que el gobierno, los empresarios, los trabajadores y también los más excluidos de nuestro sistema económico, logren acuerdos básicos que puedan empezar a funcionar rápidamente para permitir que todo el esfuerzo se concentre en la contención de la pandemia y la atención de los enfermos.
Está sobre la mesa un proyecto que puede funcionar si nos unimos y todos ponemos nuestro esfuerzo. Es realmente la hora de un gran consenso.