Oscar Clemente Marroquín

ocmarroq@lahora.gt

28 de diciembre de 1949. Licenciado en Ciencias Jurídicas y Sociales, Periodista y columnista de opinión con más de cincuenta años de ejercicio habiéndome iniciado en La Hora Dominical. Enemigo por herencia de toda forma de dictadura y ahora comprometido para luchar contra la dictadura de la corrupción que empobrece y lastima a los guatemaltecos más necesitados, con el deseo de heredar un país distinto a mis 15 nietos.

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Los casos específicos de China, Corea del Sur, Singapur y Taiwán ilustran claramente cómo es que la pandemia puede enfrentarse con relativo éxito debido a las medidas que se adoptaron en esas naciones. Obviamente en el ajetreo que se tienen que traer el Presidente de la República y sus ministros, entre ellos el de Salud, difícilmente les quedará tiempo para andar investigando esos pasos exitosos que se dieron en países que lograron contener, luego de numerosos contagios, la expansión de la pandemia, pero sería muy útil que pudieran disponer de expertos que les fueran aconsejando y que se dejen guiar por esas voces autorizadas. De entrada se nos dice que planificar las acciones no es tarea de infectólogos únicamente sino que juegan un papel mucho más importante los epidemiólogos, por la misma naturaleza de su especialización y en Guatemala hay algunos que, además, tienen experiencia en el sector público y su funcionamiento, como puede ser la doctora Karin Slowing, exsecretaria de planificación económica y experta en epidemiología, para citar apenas un nombre.

La prensa mundial ha puesto mucho énfasis en darle seguimiento a los pasos que se dieron en esos países que, tras los primeros contagios, atinaron a adoptar medidas draconianas, en casi todos los casos, que terminaron dando resultado. Apenas anteayer en el New York Times se publicó un artículo sobre la materia. “El virus puede ser detenido, pero solo con pasos difíciles” https://www.nytimes.com/2020/03/22/health/coronavirus-restrictions-us.html?searchResultPosition=1 es un ilustrativo trabajo que dudo que los funcionarios atareados como están tengan tiempo de leer, pero que si hacen que sus expertos lo lean y les transmitan las recomendaciones que dan los científicos y si se dispone de los recursos para, por ejemplo, realizar mayor cantidad de exámenes para determinar prontamente quiénes son portadores del virus, seguramente que las expectativas mejoran muchísimo.

Hay que entender que aún en Estados Unidos al día de hoy sigue el problema de la escasez de kits de exámenes y que, desde luego, si eso pasa allá nos podemos imaginar lo que sucede aquí. Se ha establecido que los contagios ocurren en los núcleos de trabajo o familiares, especialmente, y que un minucioso registro de las actividades de los enfermos para establecer cuáles han sido sus contactos puede ayudar mucho, pero nada se compara con la contención absoluta que se ha llegado a dictar en países o regiones donde se ha propagado el mal.

No creo que las ideas de nuestro equipo de gobierno ni nuestra propia experiencia en el manejo de epidemias nos vaya a llevar a resolver la crisis, pero si tienen el tino de tomarse un momento para adquirir conocimientos que ya fueron probados en otras latitudes, con éxito, seguramente que imitar lo que se ha hecho bien no será cuestión tan difícil. Nuestro Sistema de Salud no es como para andar presumiendo porque ha sido convertido en centro de negocios de los vendedores y compradores de medicinas e insumos y solo a eso se ha dedicado desde hace muchísimas décadas. Pero ahora no hay que andar viendo donde está la mordida y por ello vale la pena dejarse guiar por expertos para atajar la pandemia.

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