Alfonso Mata
Los guatemaltecos no estamos cumpliendo y se hace necesario prevenir y retrasar más contagios y evitar el colapso del sistema de salud y en ello solo hay una única forma o si alguien tiene otra que lo manifieste. La única forma es tomar medidas drásticas que tiene que ver con el comportamiento de los individuos, como el aislamiento y la distancia social, que dependen en gran medida de la colaboración de las personas. Es preferible perder poco, que no mucho.
Los trabajadores de la salud representan nuestra primera línea colectiva contra el virus y para protegerlos, la ayuda y su seguridad deben garantizárseles más allá de todas las fronteras. El gobierno debería ser sincero: Está en crisis financiera y de recursos. Hoy por hoy necesita urgentemente materiales médicos para proteger a los trabajadores de la salud y no digamos recursos y materiales para sus unidades de intensivo y necesita con urgencia de los aportes de la iniciativa privada, de su altruismo y responsabilidad hacia la sociedad que hasta el momento es de soberano silencio. Perdida cero en un evento como este es imposible se sea pobre, se sea rico, aun para el que no haga nada.
De no actuar ahora, este virus continuará propagándose, no se detendrá frente a las fronteras aéreas o terrestre del territorio, la única vacuna en este momento es responsabilidad y la solidaridad, todo lo demás son charadas. Solidaridad significa fuerte compromiso común y punto, el que más tiene apoye al que menos sin esperar nada. Algo tendremos que perder cada uno pero si cumplimos todo será menos en cada uno. Por las buenas o por las malas todos hijos no funciona. A nivel individual, todos debemos seguir estrictamente las medidas de higiene y distancia social, para ayudar a frenar la epidemia, evitar el hacinamiento en los hospitales y proteger el acceso a la atención médica para quienes la necesitan y ayudar al que lo demanda.
El Estado necesita por su lado fortalecer todas las medidas estándar que han demostrado su eficacia en el control en otros países. Estos incluyen acciones proactivas para identificar y rastrear contactos, pruebas de diagnóstico, aislamiento de pacientes y contactos de alto riesgo, movilización de la población para detener el contagio y un sistema rígido de clasificación para pacientes leves y críticos.
Todo esto es necesario para controlar la epidemia y minimizar la pérdida de vidas, tanto entre los pacientes de COVID-19 como entre todas las demás personas enfermas y lesionadas que necesitan atención médica que les salve la vida.
No se dice más, actuemos. Todos podemos contribuir respetando las viejas y nuevas recomendaciones. Y no nos olvidemos que esto es y va para tiempo.