Pedro Pablo Marroquín Pérez
pmarroquin@lahora.com.gt
@ppmp82
El Gobierno de Guatemala ha dispuesto algunas decisiones adecuadas que, ante la presión, fueron ablandándose pero que buscaban de alguna forma intentar que la curva de infectados se aplane y no llegue a niveles insostenibles para sistemas de salud de primer mundo, no digamos para uno como el nuestro que ha sido carcomido por los negocios que facilitaron la corrupción y la impunidad.
En todos el país debemos entender que es necesario, salvo aquellos casos cuya labor es esencial en este momento (lo cual se valora enormemente) y siempre tomando todas las precauciones de rigor, lograr un distanciamiento social porque probado está que los contagios del coronavirus se han dado, dan y darán en función de la interacción cercana entre humanos.
El Gobierno dijo el lunes que las medidas iban a ser por 15 días revisables en siete, pero el gran problema es que si no logramos hacer mayor cantidad de pruebas, nunca vamos a saber en realidad cómo estamos.
Algunos de los que han resultado infectados, al no sentirse mal, han seguido con su vida normal y eso ha agravado la situación porque hay quienes dicen que por un infectado que no esté en cuarentena, pueden llegar a ser hasta 100 los contagios. El que se contagió no es el malo de esta película, debe quedar claro.
Los estudios actuales respecto al coronavirus han sido realizados en función de países con realidades distintas a las nuestras y por tanto, no sabemos cómo se comporta la enfermedad con la desnutrición. Ahora en Guatemala nos hemos concentrado mucho en la capital porque aquí está el aeropuerto, porque por aquí pasaron los primeros contagios, pero preocupa sentir que si para lo que pase en la capital nos quedamos cortos, no digamos para lo que puedan ser contagios en los departamentos y las crisis que se puedan vivir en tales lugares.
Urge, de verdad, que se entienda que esto no es juego, que esto no es broma y que esto no va a ser de pocos días, menos si no logramos conocer de primera mano nuestra realidad. El Gobierno ha expresado que utilizará equipo de tomografía computarizada, apoyándose en la solución de inteligencia artificial que proveerá Huawei para su análisis y diagnóstico, de tal forma que se pueda conocer con más velocidad el estado de los pacientes (pulmones) y eso será fundamental a futuro.
Claro está que se debe crear un protocolo para las evaluaciones y ojalá ya estén en eso, porque si no el lugar en donde se hagan esos exámenes se va abarrotar como aquella fatídica noche del 16 de octubre de 1996 en el entonces Mateo Flores.
El impacto económico lo estamos teniendo y lo vamos a seguir teniendo. Solo Dios sabrá hasta dónde pero me temo que será uno nunca antes visto y será labor de todos, en especial del Gobierno, liderar la recuperación. Ayer fue un paso y quizá se mire poco para lo que se avecina, pero el punto es que los sacrificios económicos deben servir para privilegiar la sanidad. Si ni logramos sacrificarnos para evitar más contagios, de nada servirá todo lo que pase en el plano económico.
Hasta hace unos días el Gobierno había anunciado que han realizado 138 pruebas y explicaron que se las hacen a las personas que tienen síntomas y por eso es necesario incrementar las mismas y que la gente sea responsable y entienda que no es momento de estar en la calle sin necesidad y peor aún, sin tomar las medidas de distanciamiento que son tan necesarias en el mundo.
La información es poder y en este caso, saber cuánta gente pueda estar contagiada, es fundamental para saber si logramos disminuir la curva o si el problema es que en realidad no sabemos qué tan propagada tenemos la enfermedad en nuestra sociedad.
El mecanismo, que según entiendo, se ejecutará con el apoyo de las telefónicas (lo cual se agradece) debe empezar a funcionar los más pronto posible. Por el bien del país, ojalá así sea.