Juan Antonio Mazariegos

jamazar@alegalis.com

Abogado y Notario por la Universidad Rafael Landívar, posee una Maestría en Administración de Empresas (MBA) por la Pontificia Universidad Católica de Chile y un Postgrado en Derecho Penal por la Universidad del Istmo. Ha sido profesor universitario de la Facultad de Derecho de la Universidad Rafael Landívar en donde ha impartido los cursos de Derecho Procesal Civil y Laboratorio de Derecho Procesal Civil. Ha sido y es fundador, accionista, directo y/o representante de diversas empresas mercantiles, así como Mandatario de diversas compañías nacionales y extranjeras. Es Fundador de la firma de Abogados Alegalis, con oficinas en Guatemala y Hong Kong, columnista del Diario La Hora y Maratonista.

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Juan Antonio Mazariegos G.

Las noticias sobre el COVID-19, comúnmente denominado coronavirus de Wuhan, llenan ya la mayoría de espacios noticiosos en el mundo. Lo que empezó en la ciudad China del mismo nombre, con un primer caso diagnosticado oficialmente, el 31 de diciembre del año pasado, se ha transformado en una epidemia que para esta semana supera los 83 mil contagiados, más de 2 mil 800 fallecidos y tiene presencia ya en los cinco continentes. Aún y cuando las cifras son alarmantes y se han producido las correctas advertencias y los llamados de alerta por entidades internacionales como la Organización Mundial de la Salud (OMS), o como nuestro propio Gobierno que se ha declarado en alerta máxima de salud, cada uno de nosotros debe actuar con responsabilidad, mantener la calma, evitar la desinformación y atender los llamados de nuestras autoridades y expertos a efecto de hacer lo posible para que la enfermedad no se propague en nuestro país.

Las estadísticas no mienten, la posibilidad de fallecer por esta enfermedad existe y la velocidad de contagio es vertiginosa, sin embargo, también es cierto que a la fecha más de 36 mil personas se han recuperado satisfactoriamente de la misma y solo han presentado padecimientos que duraron entre 2 y 3 semanas, lo cual, según información de la OMS, permite identificar que este nuevo coronavirus tiene una menor tasa de mortalidad que los virus de esta misma familia que ya se conocían como el SARS.

Las publicaciones médicas emitidas por instituciones de renombre en ese campo, deben leerse y atenderse, las mismas ofrecen información sobre sintomatología, como la que ha realizado Mayo Clinic en Estados Unidos, la cual describe los síntomas como fiebre, tos seca y dificultad respiratoria. La misma OMS ha emitido recomendaciones de prevención, tanto para evitar el contagio, como lavarse las manos constantemente, medidas de higiene respiratoria como taparse la boca y la nariz al toser o estornudar, mantener el distanciamiento social (no menos de un metro entre persona y persona) y como precaución general, adoptar medidas generales de higiene cuando se visiten mercados de animales vivos, productos frescos o mercados de productos animales.

Para el caso de que una persona presente los síntomas asociados al nuevo coronavirus, las recomendaciones de la OMS sugieren ponerse en contacto con las autoridades de salud u hospitales y tener el cuidado de no relacionarse con más personas, en tanto no se determine si se trata de una simple gripe o se es portador de la enfermedad.

Somos un país altamente vulnerable a las epidemias, mucha de nuestra población no cuenta con acceso a la información, ni con los recursos de salud o de prevención adecuados. Es cuestión de semanas para que la enfermedad llegue a nosotros, cuando esté aquí, debemos seguir las instrucciones de nuestras autoridades y expertos, buscar y aceptar solo información de fuentes confiables y, sobre todo, ser responsables con nuestro actuar, para con el resto de los guatemaltecos, nuestra familia y para con Nosotros mismos.

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