La Hora le ha dado seguimiento al ya célebre almuerzo en el que comieron gallina en crema con loroco Mario Estrada, el entonces presidente Morales, algunos de sus ministros, diputados e “invitados especiales”, entre los que se encontraban agentes de la DEA que se hacían pasar por miembros del Cártel de Sinaloa, con quienes Estrada venía negociando financiamiento para su campaña y hasta el asesinato de su temida rival Thelma Aldana, a cambio de servirles el país en bandeja a los traficantes. Y cada vez que preguntamos al Ministerio Público la respuesta es la misma, afirmando que la investigación está en curso.

Coincidiendo con la anunciada condena a Estrada en Nueva York, Prensa Libre publica hoy que la Fiscalía de Delitos Administrativos a cargo de Melvin Medina no ha citado a los exministros Alfonso Alonzo y José Luis Benito ni al exsecretario de Comunicación Social de la Presidencia, Alfredo Brito, no digamos a alguno de los diputados que asistieron ni a otros comensales, lo cual da una idea clara de que no hay tal investigación y que, si acaso, el Ministerio Público se mantiene en la actitud de vigilancia que ha pregonado como único consuelo la fiscal Porras.

No es que se pueda esperar que los mencionados vayan a decir la verdad y a relatar lo que Morales habló con los “traficantes del Cártel de Sinaloa” que resultaron ser agentes de la DEA, pero al menos al tomarles declaración la Fiscalía “a cargo del caso” podría decir que está haciendo algo y recabando evidencias. Obviamente cuando Morales dispuso el nombramiento de la Fiscal General hubo un claro acuerdo de protección para él y para su gente, mientras que la instrucción fue ir con todo para encarcelar a quienes habían destapado la corrupción de la familia gubernamental y del mismo Presidente que recibió dinero de los más encopetados empresarios del país.

El hecho público es que el Presidente almorzó gallina en crema con loroco no sólo con Estrada sino con los misteriosos personajes que fueron agasajados en ese almuerzo y que, al calor de los tragos, tuvo una muy agradable conversación con ellos, sin saber que en vez de ser narcotraficantes eran agentes encubiertos de la DEA, entidad que a los pocos días capturó a Estrada. Elementos que pudieron servir para una investigación seria si acaso la Fiscalía hubiera sido instruida de cumplir con su deber y hacer su trabajo, lo cual obviamente no ocurrió porque Medina le continúa dando largas al asunto con la cantaleta de que la pesquisa sigue su marcha.

Redacción La Hora

post author
Artículo anteriorVictimizando y validando a Congresos corruptos
Artículo siguienteUna selva de reyes es una máquina del tiempo