Fernando Mollinedo C.
¿Principiará el gasto público para favorecer con viajes al extranjero a las personas que “votaron por mí, por haber estado en el partido, por haber servido los sándwiches, por haber aportado una cantidad de dinero para la compra de café, vasos y algunas chucherías cuando se realizaron las sesiones de trabajo” o porque son familiares de los nuevos gobernantes?
En el ámbito oficial ¿principiarán los ministros, legisladores y ya pronto los futuros magistrados de las Cortes de Justicia a realizar los constantes viajes de ignominia a destinos exóticos, lejanos, paradisíacos en compañía de sus amantes a cumbres especializadas (con nombres rimbombantes que dicen todo y a la vez no dicen nada) como convenciones, simposios, asambleas, congresos, convenciones, sin saber cuál es el trasfondo de esos encuentros internacionales donde los felices viajeros ni siquiera conocen el idioma y no hay servicio de traductores?
En tales reuniones se abordan temas que no tienen absolutamente NADA que ver con las comisiones en que participan los parlamentarios y funcionarios gubernamentales; además, que desconocen cuál es el propósito que pudiera tener para su trabajo; ignorarlo es una vergüenza; saberlo e ir de cualquier forma es un ultraje al erario nacional.
Como ejemplo, cito los viajes a ciertos países asiáticos donde se creó un imperio económico y político de ideología extremista al servicio de los gobiernos más conservadores de Estados Unidos; en Guatemala, los gobiernos guatemaltecos anteriores aceptaron sus inversiones con mucho gusto a cambio de su voto en las instancias internacionales, ya fuera para su reconocimiento ante las naciones del mundo o para su interés en la pesca de ballenas.
A las delegaciones guatemaltecas no les ha importado ese pasado, esos objetivos y jamás tuvieron idea de a dónde se iban a meter; las invitaciones fueron bien recibidas y los viáticos oficiales también, a pesar de que, todos los gastos estuvieron pagados por los gobiernos que les invitaron.
En otro orden de ideas, es una barbaridad que, en las escuelas públicas los directores y maestros prácticamente obliguen a los padres y madres de alumnos a llevar insumos escolares de marcas determinadas, generalmente de alto precio que la mayoría de los alumnos no utiliza durante el desarrollo del ciclo escolar, pero que se los quedan los docentes al final del año o bien, se los llevan a su hogar para sus hijos.
SE SUPONE que, al ser escuela pública, el Mineduc da cierta cantidad de insumos didácticos para su utilización en el salón de clase; entonces ¿por qué pedir hasta mil hojas de papel bond a un estudiante de segundo grado de primaria? ¿por qué amenazar a los progenitores con que no se permitirá el ingreso de alumnos sin uniforme? ESO ES VIOLAR EL DERECHO A LA EDUCACIÓN DE LOS NIÑOS.
¿Por qué se cobra a los alumnos de los Institutos DOS QUETZALES PARA QUE PUEDAN INGRESAR A CLASES SIN UNIFORME?, ¿CON QUÉ AUTORIZACIÓN SE LES COBRA Y QUIÉN SE HUEVEA ESE DINERO? ¿Hay Supervisores involucrados con el aval de las Direcciones Departamentales de Educación? ¿No se oye funcionarios del Mineduc?