Marco Trejo
La presencia de las fuerzas de seguridad pública en las calles impone respeto, pero sobre todo nos da tranquilidad y que mejor si el contingente es acompañado de la Policía Militar y ves que en menos de 10 días han mandado un mensaje claro a extorsionistas, chantajistas, ladrones y prestamistas. Eso es lo que necesitaba el país, sentir que hay autoridad en las calles y no solamente están para rascarse la barriga en los cuarteles policiales y militares.
Pero si a todo esto le sumamos que se observó apoyo de fiscales del Ministerio Público (MP), y unidades caninas para rastrear drogas u otros ilícitos, nos da la sensación de confianza de que se trabaja para bajar los índices de criminalidad que nos afectan como sociedad. Esto es muy bueno y debemos aplaudirlo, porque el nuevo gobierno entró con nuevos brillos.
Muchas personas comentan en las Redes Sociales y se habla en los grupos de amistades, que todo es llamarada de tuzas, que escoba nueva barre bien. Pero que después de un tiempo se van olvidar y las cosas volverán a estar como antes, porque la PNC solamente trabaja cuando hay cambios de mandos y que en un par de meses los volveremos a ver lustrándose los zapatos en las afueras de las comisarías.
En parte tienen razón, pero también he escuchado por allí que tenemos que cambiarnos el “chip” y dejar de ser espectadores, todos tenemos derechos y obligaciones, pero es nuestra responsabilidad colaborar, en el combate de la delincuencia, trasladando información a las autoridades, para que estas puedan montar los operativos, que permitan desmantelar grupos delincuenciales, que afectan a las personas honradas y trabajadoras.
Desde hace algún buen tiempo se encuentran habilitados los números de cuatro cifras: 1574, 1561 y el 110 donde podemos dar información confidencial de hechos anómalos o de personas que actúan al margen de la Ley, lo cual puede ayudar a que en este país se sienta un cambio y que los que están acostumbrados, al dinero fácil, se les puedan deducir las responsabilidades penales que ameriten los casos.
Los guatemaltecos solamente miramos y no actuamos, tenemos que colaborar como sucede en otros países desarrollados, donde se le tiene respeto a la autoridad, donde la policía es la garante de la seguridad de los ciudadanos y son los servidores públicos que nos protegen de los delincuentes. Esa es una tarea que deben proponerse las nuevas autoridades, porque las fuerzas del orden público han perdido el respeto entre la población y deben recuperar esa confianza con trabajo y resultados.
Entre la fuerza policial hay dos unidades que se ganan los aplausos y son las de Dipanda y Antisecuestros, en ellas hay elementos que demuestran que son profesionales y trabajan 24/7 para contrarrestar y poner tras las rejas a los que se han acostumbrado al dinero fácil, esas personas que se convierten en parásitos sociales y que únicamente se aprovechan de la inseguridad que se vive en el país, por la falta de profesionalismo de una policía que ha sido desmantelada políticamente para beneficio de sectores que viven en la impunidad.
El nuevo gobierno ha enviado al Legislativo dos iniciativas de Ley, las cuales van encaminadas a consolidar una lucha frontal contra la delincuencia. La primera pretende que las pandillas sean tratadas como terroristas y la segunda proteger a los agentes policiales de cualquier acción donde utilicen su arma. Esto es un espaldarazo para las fuerzas de seguridad, que se verían apoyadas por el Estado, en su desempeño y no estar temerosos de que pueden ser procesados en el combate de la delincuencia.
Esperemos ahora, que la novena legislatura, haga su trabajo y que nos demuestre que vienen dispuestos a trabajar en beneficio de las mayorías y que han dejado por un lado, la politiquería, que no trae nada bueno para la ciudadanía que les dio su voto para hacer los cambios que se necesitan para vivir mejor.
