Gladys Monterroso

licgla@yahoo.es

Abogada y Notaria, Magister en Ciencias Económicas, Catedrática de Derecho Financiero y Tributario de la Universidad de San Carlos de Guatemala, Diploma otorgado por la Corte de Constitucionalidad en 2005, como una de las Ocho Abogadas Distinguidas en Guatemala, única vez que se dio ese reconocimiento, conferencista invitada en varias universidades de Estados Unidos. Publicación de 8 ediciones del libro Fundamentos Financieros, y 7 del libro Fundamentos Tributarios. Catedrática durante tres años en la Maestría de Derecho Tributario y Asesora de Tesis en la Facultad de Ciencias Jurídicas de la Universidad de San Carlos de Guatemala.

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Gladys Monterroso
licgla@yahoo.es

“Vivimos con los cambios tecnológicos del siglo XXI y con instituciones sociales del siglo XIX.”
Punset

De acuerdo al científico francés Punset, nuestro cerebro juega con nosotros, porque construye lo que queremos que sea lo que se encuentra frente a nosotros, cada quien tomamos una idea y la adecuamos a nuestras necesidades, nuestro cerebro nos autoengaña porque modifica la realidad para los demás y la nuestra.

El pensamiento del científico se adecua a la realidad de un país como el nuestro, en el que nos autoengañamos, pensando que existen los superhéroes y heroínas que van a cambiar el futuro que nos espera, nada más irreal, nadie tiene una varita mágica para crear de una calabaza una carroza, sin embargo, tendemos a crear realidades paralelas que distan mucho de lo que sucede diariamente.

El mundo no cambiará, si no ponemos de nuestra parte para que así sea, sin embargo, queremos creer que es posible el cambio del país en tan solo cuatro años, desde que recuerdo siempre se ha esperado que “este Presidente si va a cambiar el país” y vuelve la rueda de la vida a reiniciarse, volvemos a esperar el milagro del cambio, pero este no se produce.

¿Por qué no se origina el cambio tan esperado? Porque los milagros no existen, no por lo menos de una forma mágica, los milagros los creamos, cada uno de todos los seres humanos desde nuestro entorno, pero no puede darse un cambio radical en poco tiempo.

El mismo científico comenta el enlace que existe entre la voluntad y la felicidad, el ser humano no necesita del dinero para ser auténticamente feliz, para lo que le sirve es para vivir dignamente con el mínimo vital, lo demás son satisfactores más superfluos que pueden resultarnos engañosos.

Lo anterior tiene significado en una sociedad que espera que un solo ser humano cambie en 100 días más 500 años de historia, pobreza, sufrimiento y tercermundismo, somos lo que nos hemos permitido ser, dependemos de nuestra propia historia, no existen las fórmulas mágicas para cambiar el texto y el contexto, tampoco podemos esperar un mañana diferente, aplicando las mismas fórmulas.

Las pócimas mágicas para cambiar la realidad no existen, prueba de ello es la famosa agua mágica con la que Baldetti pretendió purificar la suciedad, que por años se ha ido incrementando producto de la misma impureza del ser humano en el lago de Atitlán, Punset nos enseña que construimos nuestras propias realidades que no necesariamente son las que aprecian los demás seres humanos.

El científico argumenta que, para nuestro cerebro, es más importante construirnos una realidad consistente a una realidad verdadera ¿Por qué? Porque la verdad no siempre llena nuestras satisfacciones inmediatas ni mediatas, aunque lo que creemos que es lo que percibimos, como percepción solamente las llenará, pero en la objetividad del gran conjunto de seres humanos no siempre será así, para lo que nuestro cerebro necesita que sea, así será.

Construimos nuestras propias realidades dependiendo de las necesidades que ostentamos, esperamos que X gobierno elimine la delincuencia, y el 15 de enero posterior a cualquier toma de posesión, ya sentimos que podemos salir a la calle y nada malo sucederá, pero no es así, un edificio consistente no se construye en un mes, el que así se construya caerá al mínimo temblor, no necesitará de un terremoto.

De acuerdo a uno de los entrevistados del científico, los recuerdos como la realidad, es una mezcla de lo que queremos que sea, ese es precisamente uno de los fenómenos que vivimos como país, vemos lo que nuestro cerebro quiere que veamos, siendo tantos millones de seres humanos, todos tenemos ideas muy diferentes de los que es la realidad que vivimos día a día.

Así que, quien quiera que sea el Presidente, los más de diecisiete millones de guatemaltecos, tendremos un recuerdo diferente desde la toma de posesión, hasta cada uno de los días de gobierno, y así seguiremos fomentado el día a día, entre la idea y la realidad de cada quien.

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