Pedro Pablo Marroquín Pérez
pmarroquin@lahora.com.gt
@ppmp82
Una de las cosas más marcadas de la cultura chapina es el “FÍJESE” para dar a conocer un error, una volada de esas que quien la comete no tiene mayor explicación porque no han inventado en el mundo las razones válidas para algunas cosas que suceden. Son hechos tan difíciles de creer que ni quien los lleva a cabo sabe explicarlos y por eso usan el: FÍJESE, ES QUE FÍJATE y sus demás formas para intentar “suavizar” lo que ocurrió.
Y ahora que resulta que somos 16.3 millones de guatemaltecos en lugar de 14.9 como dijeron en septiembre, me recuerda tanto el fíjese que muchas veces se usa como antesala a una excusa y esto termina de confirmar que, de un Gobierno mediocre, liderado por gente mediocre, solo se pueden esperar mediocridades y mentiras.
Ahora dicen que somos 16.3 millones, pero ¿cómo saben? Dicen que no censaron al 9% de la población porque no se logró acceder al área ya que algunas urbanizaciones privadas no lo permitieron, por conflictos territoriales y por situaciones de seguridad ciudadana (zonas rojas).
Pero si antes nos dijeron con bombos y platillos que éramos 14.9 y lo defendieron a capa y espada (el Gobierno y algunos tecnócratas ajenos al Gobierno) ahora por qué habremos de creerles que somos 16.3 millones de personas y no 16.4, 16.5.
El Renap había externado que éramos alrededor de 20 millones porque ellos emiten los documentos personales de identificación de quienes están en urbanizaciones privadas, de quienes están en conflictos territoriales y de quienes viven en zonas rojas, además de los documentos de quienes migran que son enviado en valijas diplomáticas.
Y teniendo tanta mediocridad de por medio, ahora debemos confirmar que ese sea el motivo (normal en el Gobierno de Jimmy Morales) y no que del censo hayan hecho otro negocio redondo y que por andar pensando en que fuera más la sobra que la obra, se les antojó decir que éramos 14.9 millones de chapines.
Se advirtió hasta el cansancio el efecto que tenía decir, con esa ligereza, que éramos menos porque entonces significaba que producíamos más, que nuestros ingresos per cápita eran mayores y que las decisiones a tomar en función de país iban a dejar a casi 1.4 millones de personas afuera.
Claro está que los aliados del Gobierno en procurar impunidad colectiva nunca dijeron nada porque al Presidente que les ayudó a ellos como a los de la gallina con loroco no se le toca ni con el pétalo de una rosa y tal acción resulta extraña porque tanto que dicen de la certeza como para no tener ni la certeza de cuántos guatemaltecos somos y en función de eso tomar decisiones de país y económicas.
Quien se diga sorprendido por lo que pasó en el censo es un iluso, pero no sorprenderse no es lo mismo a no indignarse con los efectos que ha tenido, tiene y tendrá la mediocridad de un Gobierno cuyo único legado será la impunidad.
Esta será otra herramienta ejecutada por este Gobierno que será inútil para las autoridades entrantes a las que les tocará no solo lidiar con el sistema sino con el arrastre de un Gobierno al que solo extrañarán los que buscan impunidad y los que cobraban dinero en nombre de los mafiosos.