Integrantes de FECI ayer al interponer tres solicitudes de retiro de antejuicio en la CSJ.

Contra viento y marea, en una lucha que parecía ya abandonada por la expulsión de la Comisión Internacional Contra la Impunidad en Guatemala, persiste la Fiscalía Especial Contra la Impunidad que ayer presentó tres antejuicios en contra de dos juzgadores y un diputado para que puedan ser investigados y procesados, de ser el caso, por perpetrar hechos delictivos relacionaos con diversas formas de corrupción, lo que demuestra que mientras haya fiscales honrados y comprometidos con el desempeño de sus funciones en estricto cumplimiento de la ley, hay todavía esperanza de que, a pesar de los enormes obstáculos que impone un sistema que se ha recompuesto, se pueda seguir en quijotesca lucha contra los molinos de viento.

Y es que el equipo de la FECI no se ha dado por vencido ni siquiera ante el notable acoso en su contra, expresado en las numerosas acciones penales que se han planeado en contra de ellos, especialmente dirigidas hacia la figura del Fiscal Juan Francisco Sandoval, quien se ha convertido en el último rostro institucional de la lucha contra la corrupción y la impunidad en el país por la seriedad de las actuaciones de esa Fiscalía Especial, misma que fue organizada en el marco de la cooperación entre el Ministerio Público y la CICIG para canalizar las actuaciones derivadas de las investigaciones que se realizaban.

Pero indudablemente que el famoso y cacareado traslado de capacidades que tanto se exigía a la CICIG en el marco de la campaña “pro soberanía” que despotricaba sobre la presencia de extranjeros operando en nuestro país, se dio y de buena manera con los fiscales de la FECI porque la misma sigue realizando sus labores con eficacia y continua, con la modestia de sus recursos, evidenciando las graves circunstancias en las que se produce la administración pública contaminada hasta sus cimientos por la rampante corrupción.

Por supuesto que eliminada la CICIG y recapturado el Ministerio Público, las expectativas no son buenas para esa Fiscalía Especial Contra la Impunidad porque, obviamente, no gozará del necesario respaldo de las autoridades superiores y en cualquier momento se producirá alguna sorpresa como las que ya se han visto con algunos de los fiscales allí y los de otras fiscalías que también hicieron roncha por cumplir con su deber y enfrentar a poderosos e influyentes personajes acostumbrados a operar en el marco de la más absoluta impunidad.

La ciudadanía tiene que estar atenta si se quiere preservar el último esfuerzo para avanzar en contra de las numerosas y muy fuertes mafias que saquean a Guatemala.

Redacción La Hora

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