Grecia Aguilera

Periodista, escritora, filósofa y musicóloga. Excelsa poeta laureada. Orden Ixmukané, Orden de la Estrella de Italia, Homenaje del Programa Cívico Permanente de Banco Industrial, Embajadora y Mensajera de la Paz.

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Grecia Aguilera

Cuenta la leyenda que una noche estrellada descendió del firmamento un astro luminoso, nocturnos peregrinos observaron su veloz caída en la profundidad oceánica, fue como una ráfaga de viento. Avanzó la anochecida, llegó la madrugada y continuó una clara y serena alborada… Esta parte del relato trae a mi memoria mi poema titulado “Horas Horarias” que manifiesta: “Veinte más cuatro/ vienen las doncellas/ vestidas de prudencia/ engarzadas de segundos/ de minutos hilvanadas./ Juvencio las comanda/ Senectud las desvanece/ brotan refulgentes/ agonizan en deseo/ ciegas van guiando/ el destino de la vida./ Altivas hacia Helios/ volando hacia Selene/ conducen las doncellas/ sus barcas en el tiempo./ Hímnicas divinas/ preceptoras de la gloria/ primera ensoñadora/ segunda abrumadora/ Hipnos la tercera/ cuarta alba de aurora./ De crepúsculo se cubren/ en el viento las finales/ grafito esparcido/ matiz del firmamento./ Sucediendo el momento/ heredando la templanza/ contrición lamento y canto/ velan desvelan/ horas horarias/ doncellas/ miríadas en las estrellas.” Al despuntar el alba, los extraños peregrinos despertaron de sus sueños y al salir de sus lujosas jaimas, quedaron maravillados al ver brotar de las aguas a una bella criatura de dorados cabellos. Ellos sabían de alguna manera que la prodigiosa Ninfa, de astros y océanos provenía. Adornada con la piedra preciosa y flor de noviembre, querubines fantásticos de topacios imperiales la adornaban y de crisantemos blancos la vestían… Así, hace 35 años en una encantadora casa solariega, provino del cielo y brotó de los océanos Sigrid Arlette, como en la mitológica leyenda, en un 17 de noviembre con amaneceres celeste-dorados y atardeceres terracotas. Noviembre, preludio de las navidades con su Rosa de los Vientos alborotada, sin tiempo ni distancia. Mi señor padre el maestro don León Aguilera, en uno de los párrafos de su Urna del Tiempo titulada: “En el corazón de noviembre” nos dice sobre el penúltimo mes del año: “Estamos sobre la terraza del ensueño vespertino. Noviembre con su helado corazón de colores, nos brinda sus trompos de iris con desovillamientos de matices y sus barriletes de nubes despeluchadas en rosas. Sobre las corolas de petunias, claveles, orquídeas y azaleas pone el aire sus dedos de cristal. Y si el poniente es un frío azul, en cambio los celajes son ardientes en el corazón.” A Sigrid Arlette Köper Aguilera, Beba como le llamamos cariñosamente, Dios le concedió el privilegio de tener una madre amorosa, generosa, de altos quilates, mi hermana Sigrid. Así como también tres inteligentes, apuestos y gentiles hermanos: Jean Richard, Christian y Stephan, sumándose su sobrinito Nicolás; conjuntamente con sus hermosas lebreles Maia y Kai. Atractiva y valiente, Beba es una joven profesional, segura de sí misma, con un alto coeficiente intelectual y un pensamiento firme que se identifica plenamente con los versos del poema “Planetas y Océanos” de Nikita Gill que expresan: “Tú estás forjada de planetas y océanos/ a nadie le pertenecen/ nadie los posee./ Al igual que a nadie tú le perteneces/ y nadie puede poseerte.” Entonces, forjada de planetas y océanos, con todo mi corazón le deseo a mi sobrina Beba, que su vida siga transcurriendo llena de triunfos, éxitos y victoria, junto a la fórmula de la bendición de Dios: “El Señor te bendiga y te guarde; el Señor te mire con agrado y te extienda su amor; el Señor te muestre su favor y te conceda la paz.” Y que siempre esté rodeada de aquellos mismos ángeles y arcángeles que revoloteaban alrededor de su cunita, escoltando con amor su dulce y tierno sueño, como un ensueño de cuentos de hadas, colmada de cariño, de luz y con la prodigiosa estrella de Dios cincelada en su frente.

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