Walter Juárez Estrada
En todos los gobiernos la vieja práctica del nepotismo ha sido pilar de primera línea de corrupción solapada, que debe analizar la Contraloría de Cuentas, cuestión que sería cuesta arriba por las artimañas de los funcionarios que usan a quienes nombran, que obligará a la nueva administración que asegura combatirá a todo aquel sujeto que haga negocios que enturbien la confianza que el pueblo le otorgó al futuro mandatario Alejandro Giammattei, quien da por sentado que dará el ejemplo y será el primero en denunciar a cualquier colaborador suyo que no se sujete a su disciplina.
El diccionario de la Lengua Española y Real Academia Española indican que nepotismo es: “…Desmedida preferencia que algunos dan a sus parientes para las concesiones o empleos públicos…” La concesión preferencial se da en todas las instituciones del estado, que en muchas ocasiones causan sorpresa por el marcado parentesco y unión familiar directa que tiene el funcionario que nombra y quien recibe ese beneficio que para muchos es una vergüenza que debe evitarse en el futuro si se quiere que la corrupción se erradique desde la raíz y se debe actuar con el ejemplo y no solapadamente como ha sido usual en el pasado, y también en el presente.
En el Congreso de la República han desfilado parientes y “segundos frentes” de diputados que llegan al descaro con el apadrinamiento de dirigentes políticos de designar a hermanos, hijos y cónyuges para esa representación. Hay ejemplos como los hermanos Quej Chen, que por años han sido diputados por el Distrito de Alta Verapaz, los Arévalo por Totonicapán, Roberto Kestler, depuesto por corrupto y su cónyuge siendo suplente por Chimaltenango, lo sustituyó, Delia Back, su hija Eva Mont Back, por dos períodos han ocupado escaños en el Legislativo.
Se dan esas irregularidades, con mayor recurrencia en las municipalidades, en el Organismo Judicial los magistrados nombran a sus hijos y allegados en los tribunales, Tribunal Supremo Electoral, que es un descarado nepotismo que debe combatirse y obliga a Contraloría General de Cuentas y a la Oficina Nacional de Servicio Civil, investigar a fondo y desterrar esa vieja práctica que indigna y es, ruin para el guatemalteco honrado.
A ese nepotismo se agrega un hecho sin precedentes que lo ha cubierto una sombra negra. La Fiscal General y Jefa del Ministerio Público, que debe dar el ejemplo para combatir la corrupción, al asumir el cargo en un proceso sino viciado si contaminado, nombró a su esposo militar jubilado, el licenciado Gilberto de Jesús Porres García, jefe adjunto de la fiscalía “Contra la Corrupción”. La Fiscal María Consuelo Porras Argueta no utiliza el apellido de casada, para no ser vinculada con esa situación y es saludable que la jefa del ente investigador, dé una explicación clara a la población, el cargo la obliga a dar el ejemplo y como dice un dicho popular “debe predicar con el ejemplo.”