Luis Enrique Pérez

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Nació el 3 de junio de 1946. Ha sido profesor universitario de filosofía, y columnista de varios periódicos de Guatemala, en los cuales ha publicado por lo menos 3,500 artículos sobre economía, política, derecho, historia, ciencia y filosofía. En 1995 impartió la lección inaugural de la Universidad Francisco Marroquín.

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Luis Enrique Pérez

La bioética es la ética aplicada a las ciencias de la vida. Algunas de estas ciencias son la ingeniería genética, la xenotransplantación, la medicina y la gerontología. La ingeniería genética combina moléculas de ácido deoxiribunocleico, que contiene el código genético, y las inserta en seres vivos huéspedes para obtener nuevas combinaciones genéticas. La xenotransplantación implanta en seres humanos, órganos de otros seres vivos. La medicina preserva la salud y previene, alivia y cura enfermedades. Y la gerontología se ocupa del proceso de envejecimiento biológico. Los especialistas en bioética no necesariamente son médicos. Pueden ser, por ejemplo, filósofos o teólogos.

La bioética se aplica también a la enfermería, cuya finalidad, definida por el Consejo Internacional de Enfermería, es fomentar la salud, prevenir la enfermedad, recuperar el estado de salud y aliviar el sufrimiento. Una parte de la bioética es la neuroética, cuyo objeto define así William Safire: «tratamiento o mejoramiento del cerebro humano.»

La bioética se interesa en la investigación científica de las células matrices, o células indiferenciadas que tienen la propiedad de dividirse y transformarse en células diferenciadas o especializadas. Estas células pueden ser utilizadas para producir células sanas que sustituyen a células enfermas; y se encuentran, por ejemplo, en el óvulo fertilizado y en las primeras células embrionarias o blastómeros.

Tópicos bioéticos fueron tratados en el «Corpus hippocraticum» u obras del médico griego Hipócrates; en «La República» del filósofo griego Platón, en «Suma Contra Gentiles» del filósofo y teólogo italiano Santo Tomás de Aquino, y en «Lecciones sobre ética» del filósofo alemán Inmanuel Kant. La bioética, empero, surgió durante la década de 1960, propiciada por el progreso de las ciencias de la vida. He aquí algunos (pero solo algunos) de los problemas bioéticos.

Quien está enfermo, ¿debe o no debe estar plenamente informado sobre su estado fisiológico; o debe o no debe tener poder parcial o total de decidir sobre su propio organismo? Si un ser humano está mortalmente enfermo, ¿debe el médico informarle sobre tan grave estado si cree que ello contribuirá a apresurar la muerte? ¿Debe el médico respetar la voluntad de un ser humano que rehúsa someterse a una terapia que puede curarlo de una enfermedad que amenaza su vida? ¿Debe el médico permitir que un ser humano rehúse someterse a un tratamiento extraordinario para garantizar su vida? ¿Un ser humano debe ser declarado muerto si cesa el latir de su corazón? ¿O si ya no respira? ¿O si ya no tiene actividad cerebral? ¿O si sufre coma profunda?

¿Es el feto un ser humano moralmente, aunque no lo sea legalmente? ¿La identidad de un ser humano consiste en la suma de todos sus genes originales, de modo que si sufre alguna alteración genética ya no es el mismo ser? ¿El ser humano que fuera clonado y el ser humano que surgiera de esa clonación sería el mismo ser? ¿Hay causas genéticas de conducta, del mismo modo que hay causas genéticas de enfermedad? ¿Debe el ser humano tratar de prolongar indefinidamente el tiempo natural de vida?

Post scriptum. Michael S. Gazzaniga, autor de “El cerebro ético”, plantea de esta manera el problema bioético que él cree que es el principal actualmente: ¿en qué etapa del desarrollo embrionario debemos conferirle estatus moral al embrión, y reconocer que es un ser humano?

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