Edgar Villanueva
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El día de hoy haré tres recomendaciones para la cartera de Agricultura. Para aquellos que me leen por primera vez, desde hace siete semanas vengo haciendo un ejercicio de tres propuestas para cada una de las carteras ministeriales del próximo Gobierno. El ejercicio es una decisión personal de alejarme de la crítica y saltar a la propuesta que tanto necesita Guatemala con la conciencia que no soy experto en todos los temas y que en algunos puedo quedarme corto, lo importante es aportar.
En este sentido, considero que el sector agrícola, agroindustrial y ganadero del país son unas de las piezas más importantes para el desarrollo. Guatemala es un país agrícola, aquí producimos frutas, vegetales, legumbres y sus derivados, palma, hule, café, así como ganado vacuno y porcino, aves y un sinfín de productos que nos da la tierra bendita que habitamos y la cual usamos para estos fines.
Hay quienes dicen que la agricultura nos tiene sumidos en la pobreza y no podría estar más equivocado. No es la agricultura, la agroindustria o la ganadería lo que genera pobreza. Es la falta de aplicación de la ley, la falta de instituciones estatales fuertes y de servicios para la población y la falta de estrategia, recursos e infraestructura para apoyar la forma en que cultivamos, procesamos y exportamos nuestros productos lo que nos tiene sumidos en un sistema de subsistencia, cuando nos podría tener en un sostenible y de mayor exportación.
Dicho esto, considero que el próximo Gobierno podría realizar estas tres acciones para fortalecer al sector agrícola.
El primero es facilitar el acceso a crédito para inversiones en temas agrícolas, agroindustriales y ganaderos. Estos sectores no se pueden desarrollar y tecnificar a menos que cuenten con ciertas inversiones que los hagan competitivos. Lamentablemente, este tipo de capital no está fácilmente disponible
Segundo, considero que los planes para construir infraestructura, especialmente vial (pero también la infraestructura portuaria), deben de tener en cuenta los nodos agrícolas y agroindustriales del país para poder proporcionarles, especialmente a los pequeños y medianos productores, fácil acceso a los mercados nacionales e internacionales.
Finalmente, es importante hacer una ofensiva diplomática y comercial, para incrementar la exportación a mercados con potencial, como México y Asia. No puede ser que a un mercado de 6 millones de personas (El Salvador) exportemos aproximadamente el 10% de nuestros productos y que tengamos un mercado de 130 millones a la par (México) con el que exportamos apenas el 5.1%. Esta ofensiva debe de contar con una estrategia gubernamental integral, que al mismo tiempo se encargue de proteger y conservar aquellos recursos vitales para el agro.
Muchos argumentan que Guatemala debe de convertirse en un país industrial para desarrollarse. Yo sostengo una modificación a esta postura. Guatemala tiene el potencial de convertirse en el productor de alimentos del hemisferio y de otras latitudes si contamos con certeza jurídica, acceso a crédito, los encadenamientos productivos y la infraestructura necesaria, para que este sector despegue en todos sus ámbitos.