Oscar Clemente Marroquín

ocmarroq@lahora.gt

28 de diciembre de 1949. Licenciado en Ciencias Jurídicas y Sociales, Periodista y columnista de opinión con más de cincuenta años de ejercicio habiéndome iniciado en La Hora Dominical. Enemigo por herencia de toda forma de dictadura y ahora comprometido para luchar contra la dictadura de la corrupción que empobrece y lastima a los guatemaltecos más necesitados, con el deseo de heredar un país distinto a mis 15 nietos.

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Ayer el Presidente de Estados Unidos anunció por las redes sociales el retiro de tropas de Estados Unidos en la frontera entre Turquía y Siria, cediendo a las peticiones del gobernante turco para facilitar operaciones militares en contra de los kurdos ubicados en esa región. Los kurdos son aliados de Estados Unidos en la lucha contra ISIS y han sido fundamentales en el combate a los remanentes del Estado Islámico, pero la decisión de Trump los dejaba en el aire, por lo que se produjeron serias reacciones aún entre los republicanos que en todo le hacen la genuflexión a Trump, por lo que éste se vio obligado a buscar alguna rectificación que dejara intacta su imagen de hombre infalible.

Y recurrió nuevamente a las redes sociales para advertirle a Erdogan que no se pasara de los límites. El tweet publicado por Trump decía textualmente lo siguiente: “I Will ‘Destroy’ Turkey’s Economy If ‘In My Great And Unmatched Wisdom’ It Does Anything ‘Off Limits’”, es decir que amenazó con destruir la economía turca si en su grande e inigualable sabiduría detecta que se pasan de la raya. Al margen del complejo problema de geopolítica que significa un Trump errático que primero anuncia el retiro de las tropas que han impedido el ataque de los turcos a los kurdos, y el funesto mensaje para todos los aliados de Estados Unidos sobre la ausencia de lealtades como consecuencia de la visión del mundo que tiene el Presidente norteamericano, es importante señalar lo inaudito de la frase viniendo de quien dirige los destinos de la mayor potencia mundial.

Y lo peor es que verdaderamente se cree eso de que su sabiduría es grande e inigualable, razón por la que es más peligroso su comportamiento, pues debido a ello es que cualquiera que tenga dos dedos de frente, una pizca de dignidad ha abandonado su entorno porque es una persona que no se deja asesorar debido a que está convencido de que todo lo sabe. Su jefe de Estado Mayor en la Casa Blanca, el Secretario de Estado y el Secretario de la Defensa, todos se terminaron retirando de los puestos porque sus puntos de vista no eran tomados en cuenta a pesar de que tenían experiencia, sobre todo, en temas de seguridad nacional y de la relación con aliados y enemigos de Estados Unidos.

El mundo, literalmente, se encuentra en manos de una persona cegada por la vanidad personal que le hace suponer que todo lo sabe y que su conocimiento y sabiduría es superior a la de todos los que se consideran expertos. Y la abyecta sumisión de políticos de su mismo partido, que actúan como reconociendo esa supuesta superioridad de Trump, complica las cosas porque pensando en no perder un escaño en el Senado o en la Cámara de Representantes, se callan ante los improperios y abusos.

Puede haber en el mundo muchos que se creen la octava maravilla del mundo, pero no son muchos los que son tan tontos como para echarse flores ellos mismos.

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