Alfonso Mata

alfmata@hotmail.com

Médico y cirujano, con estudios de maestría en salud publica en Harvard University y de Nutrición y metabolismo en Instituto Nacional de la Nutrición “Salvador Zubirán” México. Docente en universidad: Mesoamericana, Rafael Landívar y profesor invitado en México y Costa Rica. Asesoría en Salud y Nutrición en: Guatemala, México, El Salvador, Nicaragua, Honduras, Costa Rica. Investigador asociado en INCAP, Instituto Nacional de la Nutrición Salvador Zubiran y CONRED. Autor de varios artículos y publicaciones relacionadas con el tema de salud y nutrición.

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Alfonso Mata

En aquel asilo de octogenarios todo falta, menos la muerte. Ahí la voz es queda, pausada, meditada o sacada del olvido de la experiencia; poca pero fuerte. Sus habitantes ya no van en busca de un mundo mejor, hablan del actual y forman juicio de la realidad en que vivimos con los siguientes argumentos.

“Lo que sucede en el Gobierno ahora resulta de las cosas que nosotros dejamos de hacer; de formas equivocadas que fabricamos sobre el diario vivir nacional. Somos la generación que echó a perder cambios y no corrigió errores de la vida social y política anterior, pues nos dedicamos a conseguir puesto social y satisfacer cada uno lo suyo, aniquilando principios y valores y dejando el desarrollo de la patria a los que venían o a los que ya estaban fanatizados por concupiscencias a rajatabla”.

“Pero aquellos que tienen y tuvieron más libertad de extender su libertad, lo hicieron no buscando nuevas soluciones y aportes de cómo gobernarnos mejor y lograr mejor calidad de vida para todos; al contrario, ellos a sangre y fuego nos sacaron posibilidades y nos robaron futuro y mantuvieron a raya o ayudaron a aniquilar al que sacaba la cabeza en ello”.

“La culpa la tienen los estudiados; la gran mayoría de sinvergüenzas de peso que hablan los periódicos son estudiados. Antes venerábamos al que sobresalía y por eso enviamos a nuestros hijos a escuelas y universidades y ahora son sinvergüenzas de siete suelas. Antes nos entusiasmaba ver un estudiante, un chafa, un cura, ahora hay que hacerse a un lado cuando los ves, sino te despluman. Te despluman abogados, médicos, ingenieros, maestros y religiosos; esos son crímenes tan atroces como los del conflicto armado y de ellos somos cómplices”.

“No es problema de los tiempos, son los cambios de las costumbres, el respeto, la educación. Ahora ya no hay dedicación a los niños, pues las y los padres trabajan todo el día y los niños, no sé si ellos nos cuidan a los abuelos o los abuelos nos adaptamos a ellos, pero quedan a la mano de Dios y entonces se forman llenos de caprichitos y merecedores de todo y cuando jóvenes, son pretensiosos, se olvidan de su origen y andan maquilando maldades, y cuando universitarios, no les interesa aprender, solo les interesa el cartón y las asociaciones e instituciones delictuosas que buscan y donde trabajan apenas graduaditos, que son las que nosotros ayudamos a formar; les sirve para hacer fechorías y amarran lengua, inteligencia y amistad en busca de pisto fácil, aprovechando su poder y la ignorancia de la mayoría”.

“Aproximarse a un mundo mejor no es fácil; tienes que sacrificarte; pero el verdadero drama de nuestra sociedad es que jóvenes y viejos una y otra vez, tropezamos con la misma piedra en el camino sin ser capaces de quitarla. No aprendemos de nuestros errores, porque no tomamos conciencia de ellos; injusticia, superstición y falsos ídolos, nos siguen embelesando y en lugar de la autocrítica y autoemancipación, nos hacemos los papos. Somos ganado criado con mal pasto”.

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