Por tercer año consecutivo un huracán de gran intensidad está por tocar tierra en los Estados Unidos y los preparativos resultan impresionantes por la actitud serena pero firme de las autoridades y el concurso de los medios de comunicación que con precisión van difundiendo informaciones sobre el avance de Dorian, el fenómeno tropical que se formó en el Atlántico y tras pasar sobre las Islas Vírgenes y evadir Puerto Rico, ahora se dirige a las Bahamas y posteriormente a algún lugar del Estado de Florida. La información es constante pero no llega a ser precisa por las variables que se esperan todavía en la ruta del huracán hasta llegar a tierra, pero se estima que la costa este de Florida podría sufrir el lunes la fuerza del impacto, al menos hasta las informaciones servidas esta mañana.
Hace dos años, cuando el huracán Irma llegó desde el sur impactando primero en los Cayos y posteriormente en Marco Island de manera directa, estuve pendiente de los amigos en la isla y supe de sus preparativos y precauciones para minimizar los daños del poderoso meteoro. La verdad es que la reacción de la gente ante las instrucciones que dan las autoridades es de mucha tranquilidad y calma, sobre todo cuando todavía faltan varios días para que se produzca el impacto, aunque en esta ocasión es difícil prever rutas de escape porque el cono de advertencia de los sitios que pueden ser alcanzados es inmenso y va desde Key West hasta el Estado de Georgia.
Guatemala ha estado sufriendo en los últimos días intensas lluvias y sobre la región de Panamá y Costa Rica se puede observar la formación de un disturbio tropical que sin duda tendrá efectos en los próximos días.
Y todo ello obliga a entender que el cambio climático es una realidad y no una patraña como dicen algunos que rechazan el criterio científico. En los últimos años Estados Unidos ha recibido el impacto directo de grandes huracanes de manera constante con efectos devastadores en el plano económico y que tienen que ver, y mucho, con el calentamiento global, término que describe lo que está sucediendo en la Tierra que pasa de épocas de intenso calor y sequía a períodos de intenso frío y grandes nevadas. Pero la forma en que los hielos polares se han ido reduciendo es una prueba de que el calentamiento global no sólo existe sino que está haciendo ya estragos en el Planeta.
En Estados Unidos los daños se cuentan en billones de dólares, mientras que en países como el nuestro los daños se miden en cantidad de vidas que se pierden porque no sólo estamos situados en donde la geografía nos vuelve más vulnerables, sino que la misma pobreza de nuestra gente y sus precarias condiciones de vida los hacen más expuestos a daños personales en este tipo de circunstancias que son devastadoras en todos lados, pero terriblemente mortales en países donde ni hay prevención ni se hacen preparativos.
Hace muchos años que vengo insistiendo en que Conred debiera tener un acuerdo con las telefónicas para disponer de una red de advertencia temprana ante emergencias causadas por la naturaleza, situación que se concretó sin que se utilice de manera adecuada porque seguimos con un modelo tan empírico que resulta fatal, como vimos con la última erupción del Volcán de Fuego.