Arlena Cifuentes
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Un grupo de periodistas pertenecientes a dieciséis medios de comunicación latinoamericanos liderados por Columbia Journalism Investigations de Columbia University publicaron una investigación titulada “Transnacionales de la Fe”, la cual demuestra el incremento “del poder político evangélico y su agenda fundamentalista en América Latina alentada por la administración de Donald Trump”, habiendo extendido sus ministerios en varios países. Estas organizaciones religiosas conjuntamente con la Casa Blanca favorecen la legislación de políticas específicas en Latinoamérica que benefician a los más altos círculos del poder político como lo son varios presidentes cuestionados.

El año pasado el presidente Trump creó la Oficina de la Fe en la Casa Blanca –la mantienen con un perfil bajo– la cual persigue reunir a “líderes de fe” para que participen en diversas reuniones a las que asiste el Presidente Trump o el Vicepresidente Pence.

Según los investigadores, desde la Casa Blanca a través de la organización Capitol Ministries se evangeliza a los líderes políticos según su conveniencia basándose en principios bíblicos, que en mi opinión, les son convenientes de acuerdo a lo que el objetivo demande. Lógicamente esta intromisión va a dar sus mejores frutos en aquellos países totalmente dependientes de los Estados Unidos, los cuales presentan mayor vulnerabilidad con una dirigencia política corrupta, una población ignorante, displicente, en donde la pobreza extrema predomina y el acceso a la educación es un privilegio.

El mejor ejemplo de esto lo constituye el presidente Hernández de Honduras, quien obediente a una sugerencia de la dirigencia de Capitol Ministries replicó dicho ministerio en su país, de manera que hoy la Casa Blanca incide en materia de legislación, en el diseño de las políticas de salud, educación, seguridad y sin lugar a dudas en el resto de la toma de decisiones.

La misión de Capitol Ministries es: contribuir –en el liderazgo– a la generación de discípulos de Jesucristo en el ámbito político en todo el mundo, convencidos de que Dios es quien los guía a buscar su apoyo. Sin embargo, el esfuerzo no es un todo homogéneo, hay, según los investigadores, tres corrientes en su interior. Entre ellos, la congregación de iglesias bautistas del sur que se opone al matrimonio entre personas del mismo sexo.

Es innegable el poder de la Iglesia evangélica y la intromisión de la Casa Blanca a través de la institución de estos ministerios y las alianzas generadas con algunos gobiernos al punto de que como en el caso del presidente Hernández, a pesar de haber sido acusado de varios delitos, ha sabido aprovechar su alianza, la que le permite blindarse de los delitos que se le imputan. Son innegables los réditos que estas alianzas proporcionan. La ignorancia de los pueblos, la ausencia de principios y valores en la clase política corrupta que gobierna los países centroamericanos se distingue hoy más que nunca por un cinismo sin precedentes, cuya característica principal es su deshumanización.

La semana pasada se realizó el Desayuno Nacional de Oración por Guatemala, en el cual participaron desde el Presidente, funcionarios de Estado, empresarios incluida la Jefa del Ministerio Público. Esta actividad es convocada por el movimiento Guatemala Próspera, cuya misión según su propia definición: “nace para ver a un país próspero a través de la unión de los sectores de influencia…. que transforme a Guatemala”. A través de “Capacitaciones y Seminarios de alto nivel dirigidos a impactar la sociedad”. “Somos los promotores del Programa Nacional de Capacitación denominado La Transformación está en Mi realizada en conjunto con el gurú del liderazgo a nivel mundial, John C. Maxwell”. Cabe preguntarse si existe un vínculo entre el Desayuno en mención y las transnacionales de la Fe.

Un acto de esta naturaleza debería llamar nuestra atención. ¿Lo aceptamos como un acto religioso, político o nos lo tragamos como uno de carácter político religioso para mayor comodidad?

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