Gladys Monterroso
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“Cuando los que mandan pierden la vergüenza, los que obedecen pierden el respeto”. George C. Lichtenberg.
En Primera Vuelta, la candidata que más votos sumó fue Sandra Torres, y el partido UNE, esa situación, creó la creencia popular que podría ser la ganadora, pero tomando en cuenta que el voto guatemalteco, derivado de muchos movimientos políticos y politiqueros, sumado a la falta de pertenencia de los ciudadanos hacia determinado partido, pero aún más la carencia de ideología real de los mismos, ha producido el fenómeno que nuestros partidos, son como la mayoría de los productos chinos, desechables.
Uno de los motivos, por los que a mi criterio perdió la Segunda Vuelta Torres, fue porque su gente no la apoyó lo suficiente, se acomodaron diputados y alcaldes, tampoco ella les exigió que trabajaran el doble, que en la Primera Vuelta, se repitió de alguna forma el fenómeno Baldizón, en muchos aspectos.
El antivoto, promovido por algunos medios de comunicación, y perfiles falsos que pululan en las redes sociales, pagados por intereses oscuros, y no les llamo oscuros porque se trate de Torres, son oscuros porque manipulan a las masas por medio de noticias falsas, y todo un ejército de net centers, quienes se encargan de promover cualquier información imaginaria, así como memes, y cualquier forma de desprestigiar al candidato, que, ella perdió desde que que los señores de la Reforma le retiraron el beneplácito, se puede apreciar, cómo va aumentando la antipatía hacia la persona, que antes de las elecciones ya las ha perdido.
Otra situación a tomar en cuenta, de cómo funcionan las cosas en Guatemala, estriba en que en nuestro país la Derecha es disciplinada, y se aglutina hacia un candidato, mientras la izquierda, si algo queda de ella, se encuentra fragmentada, y todos/as quieren ser Presidentes, adicional a lo anterior, contamos con una izquierda rosa, que desayuna frijoles y cena pavo.
Pero Torres no es de izquierda siquiera, el parte de la Social Democracia, entendida por muchos como un fragmento de la izquierda, y difícilmente aceptada en Guatemala.
Otro problema con la señora Torres son los anticuerpos que crea a su alrededor, sumado a su falta de carisma personal, un político debe tener carisma, ser un rostro amigable, además de transmitir fortaleza y seguridad, aunado a que ella, al no participar en el unidebate, le dejó a su contrincante como una persona valiente, segura y disciplinada, podría reclamarse que el debate podía favorecer a su contrincante, más lo favoreció el hacerle frente.
Pero no perdió ella sola, perdió el partido, porque la cantidad de alcaldes que lograron la elección o reelección, tendrán que negociar con la contraparte política, más aún si se cumplen los rumores de la cancelación de la UNE.
En la vida no existe nada seguro, solo la muerte, y en nuestro país menos aún, la balanza puede cambiar de un momento a otro, y no fue problema de las reformas a la LEPP, porque ella tenía un nicho de votos que se suponía era duro, pero no fue así, su nicho quedó vacío, porque no existe lealtad política en el país, el triunfo de Morales es prueba de ello, tampoco se encuentra escrito en piedra que quien quede en segundo lugar, en unas elecciones, automáticamente será el Presidente en la próxima elección.
Muchos mitos políticos han caído, porque el electorado guatemalteco es bastante veleta, machista, (el referente Baldetti no ayuda), y probado está muy de derecha.
Sumado a lo anterior, que los poderes reales del país, deciden quién será el próximo Presidente, nosotros, la población creemos que elegimos, pero no es así, nosotros seguimos al flautista, que siempre nos llevará a donde él sabe que debemos ir, no porque sea mejor o peor, es porque así se ha escrito en piedra.
Esperemos que exista una oposición política constructiva, porque el período que finaliza el catorce de enero, no la tuvo, siendo sumamente necesaria para el país, el equilibrio sano de poderes es obligatorio, siempre que sea saludable, si no lo es, mal iremos.
