Sandra Xinico Batz

sxinicobatz@gmail.com

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Sandra Xinico Batz
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La educación que puede liberarnos es la que nos provoca a pensar, reflexionar, dudar, accionar, inventar; la que nos orienta en el aprendizaje de nuestra verdadera historia, en la que nuestras ancestras, nuestros ancestros no fueron seres pasivos frente a la dominación, ni seres tontos o derrotados como lo narra la historia oficial al referirse a nuestros pueblos.

Hacer conocimiento, poner al servicio de los pueblos las capacidades aprendidas para mejorar la calidad de vida de las personas y de otros seres, son sólo algunas de las razones que dan sentido al proceso de seguir formándonos, de hacer ciencia, investigación multidisciplinaria; esto es lo que esperaríamos que aspiraran también las universidades o el sistema educativo. La educación puede liberarnos, pero también puede ser una doctrina, una herramienta de dominación y ese es el caso de Guatemala con su sistema educativo que responde a los intereses de los poderosos. Nos forman mediocremente para que mediocremente sobrevivamos.

La Universidad Pública es una institución que está en disputa, porque el hecho de que no haya surgido para los pueblos y los pobres, no significa que deba seguir en las manos de los ricos y que no hagamos nada para transformarla en función del bienestar colectivo. La Usac necesita una transformación completa, limpiarse de esa red de mafiosos que están enquistados en ella porque eso les permite privilegios primordialmente por las calidades que tiene la Universidad dentro de los más altos estamentos del Estado. Su privatización ha consistido en un proceso de implementación de políticas encaminadas a limitar el acceso a la educación universitaria, se han tomado medidas en detrimento de las mayorías que no podemos costar los incrementos que se han venido imponiendo desde hace años. El desprecio con que se trata a los centros regionales es muestra del racismo, que le deja lo peor de lo peor a los pueblos originarios, ya que no se necesita que estos nos formemos sino con que aprendamos a leer y firmar las reglas del patrón es suficiente. Adoctrinar “profesionales” para que sean mano de obra barata de los empresarios y megaproyectos también es parte de esta privatización; al igual que titular seres irreflexivos incapaces de cuestionar y menos de intentar romper las opresiones, sino que terminan actuando en contra de los pueblos que costearon su educación, ahí está el señor Jafeth tan nefasto como Rector y como Vicepresidente.

La lucha que emprenden las y los estudiantes de la Usac no sólo es necesaria, sino que una muestra de dignidad, de no quedarse como espectadores, sino que actuar, lo menos que podemos hacer es apoyarles, estar con ellas, ellos, acuerparles y no ceder a la manipulación de la información que impulsan las autoridades de la Universidad. Las exigencias estudiantiles son justas y las distintas tomas en todo el país se están dando como resultado de la negativa de las autoridades universitarias en resolver sus demandas.

Necesitamos luchar, este país no será seguro para nadie mientras los mismo gobiernen, tampoco cambiará la realidad si no nos organizamos.

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