Francisco Cáceres

caceresfra@gmail.com

Nació en Guatemala el 19 de Julio de 1938; tiene estudios universitarios y técnicos en ciencias jurídicas y sociales, administración empresarial, pública, finanzas, comunicación, mercadeo y publicidad. Empresario, directivo, consejero y ejecutivo en diversas entidades industriales, comerciales y de servicio a la comunidad. Por más de 28 años consecutivos ha sido columnista en este medio.

post author

Francisco Cáceres Barrios
caceresfra@gmail.com

Con un grupo de amigos hemos venido dialogando sobre el atropello que los presidentes de Guatemala y de los Estados Unidos planificaron para nuestro país, forzándonos a constituir el muro de contención para el cada vez más grande flujo de migrantes que recibe el segundo de los mencionados. Visto desde el ángulo norteamericano suena cómodo y confortante, pues aprovechando tener del cogote al guatemalteco, con eso de tener tantas colas que le machuquen, va a poder cumplir con su promesa realizada durante su campaña electoral y más oportuno todavía, ahora que persigue reelegirse pero, ¿usted cree que los chapines vamos a ser capaces de dejarnos poner el pie encima?, ¿de comprometer el futuro del país y también el de nuestros descendientes? Bueno, por ello quiero contarles lo que opinan mis amigos.

Guayo, considera que si esto mismo estuviera ocurriendo en la época de los cuarentas del siglo pasado, el pueblo ya estuviera día y noche en las calles, como lo hizo el 20 de octubre o cuando vino Juan José Arévalo de Argentina. Los estudiantes estuvieran maquinando la forma de irse a meter a la Guardia de Honor o al cuartel que tuviera más armas y militares de pelo en pecho y los profesionales de todas las ramas y ciencias, ya hubieran armado no uno, sino docenas de recursos de amparo, solicitudes de renuncia y por qué no, acusarlos formalmente para meter presos a los funcionarios que olvidándose del orgullo que representa ser guatemalteco, hayan cometido el delito de traición a la patria.

Goyo, es más calmado, aunque siempre lo ha sido, porque su papá es gente de pisto y siempre anda viendo la mejor manera de proteger sus inversiones, aunque no está contento con lo que hizo el Presidente de ocultarle la verdad de las gestiones que estuvo haciendo con Trump, desde que lo agarró con las manos en la masa aquel día que en mala hora se le ocurrió ir a almorzar gallina en crema con loroco, por lo que piensa que debemos ser más prudentes, que debemos esperarnos a ver qué pasa, cómo responden los que viven en el interior del país, si es que van a seguir con la soga al cuello y con los fuertes deseos de agarrar sus tapalcates e irse para el norte.

Beto, es el clásico chapín. A este le viene flojo lo que pase con los migrantes, con los campesinos, con la gente pobre o con los que todo el día andan en camioneta destartalada, en taxi, en pickup o a pie que, mientras él tenga seguro su chance de maestro en donde trabaja poco, pero que gracias a Joviel, que se mantiene agitando el cotarro, ha logrado aumentos que le permite irla pasando, por lo que no se mete en cosas que ni le van ni le vienen. Por todo lo que les conté, es que hago la pregunta del millón: ¿qué irá a pasar?

Artículo anteriorSiembra vientos y cosecharás tempestades
Artículo siguienteLo que está en juego (es mucho)