La cuidadosa redacción del acuerdo suscrito con Estados Unidos, de manera que diga mucho sin decir realmente nada, es un deliberado Fraude de Ley que tiene el propósito esencial de tratar de dejar sin materia lo resuelto por la Corte de Constitucionalidad y de allí que se haya evitado la mención del Tercer País Seguro, aunque Donald Trump no se anduvo con delicadezas cuando le tocó hablar del acuerdo y se refirió a él de manera tajante como lo que realmente él buscaba que fuera, precisamente, convertir a nuestro país en el receptor de los solicitantes de asilo de Honduras y El Salvador o de cualquier otro país al sur de nuestra frontera.

Fraude de Ley es la realización de un acto o negocio que, mediante engaño, pretende ampararse en una normativa existente con la finalidad de alcanzar ciertos objetivos que no son los propios de esa norma y sean, además, contrarios a otra ley existente o, peor aún, a la misma Constitución de la República. Si se analizan las declaraciones que ha dado el Ministro de Gobernación, firmante del acuerdo con Estados Unidos, se verá que no puede explicar con propiedad los términos del confuso documento porque el mismo fue redactado precisamente con la intención de ocultar las verdaderas finalidades, que son las características de lo que se conoce como Tercer País Seguro del que Trump habló tan explícitamente.

Se busca evadir el control del orden constitucional que hace la Corte de Constitucionalidad y se llega al colmo de afirmar que todo el acuerdo no implicará compromiso financiero para las partes. No sólo es que Estados Unidos no asume compromiso de ayudar a mantener a los solicitantes de asilo, sino que es para evitar que se diga que el Congreso tiene que conocer un asunto que genera obligaciones para el Estado de Guatemala.

Degenhart dijo que hay que preguntar a Estados Unidos si enviará de regreso a los migrantes que lleguen a su frontera a pedir asilo y hayan pasado por Guatemala sin hacerlo previamente. Justo es lo que hacen Estados Unidos y la Unión Europea con Canadá y Turquía que son los países que funcionan como Tercer País Seguro en el mundo. Y en ambos casos el sentido y espíritu es el mismo del acuerdo migratorio suscrito por Guatemala, puesto que los solicitantes deberán hacerlo aquí en vez de llegar a Estados Unidos o serán devueltos.

Por todo ello para la CC es una brasa candente y será un duro pulso entre el respeto a la ley y la arbitrariedad.

Redacción La Hora

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