El presidente Jimmy Morales arremetió ayer contra La Hora y anunció que viene con todo contra este medio, inclusive con mentiras según sus propias palabras, lo cual es comprensible porque este medio ha sido categórico en señalar que atrás de todo el embrollo causado por el sometimiento de Guatemala ante el gobierno de Donald Trump está el suculento almuerzo de gallina en crema con loroco en el que fue anfitrión Mario Estrada, ahora preso por vínculos con el narcotráfico, en donde nuestro gobernante se descosió con los supuestos líderes del Cártel de Sinaloa que resultaron ser miembros de la agencia norteamericana DEA, encargada del combate al narcotráfico.

El almuerzo en la hacienda de Jalapa ha ido quedando en el olvido en los medios, pero La Hora ha hecho el vínculo entre la política de sometimiento ante Estados Unidos, perjudicial para Guatemala y para los migrantes guatemaltecos, con la plática con aquellos que habían embaucado a Estrada al punto de que éste les pidió que asesinaran a Thelma Aldana. Hemos dicho que el cargo de conciencia y la necesidad de negociar impunidad es el factor fundamental para que nuestro país se ofrezca a ser el tapón de la migración hacia Estados Unidos.

Y fuimos el medio que, en la semana antes de las elecciones generales, destapó la intención de convertirnos en un Tercer País Seguro, aberrante propuesta que hicieron nuestras propias autoridades para quedar bien con Trump y demostrarle su fidelidad y lealtad, de manera que se olvidaran los términos de la conversación que se mantuvo con los supuestos narcotraficantes en el ya célebre almuerzo.

Morales despotricó ayer contra La Hora y su director evidenciando el enorme calor que le ha provocado la postura del medio respecto a su insistencia por negociar impunidad quedando bien con Donald Trump. Y que conste que es únicamente impunidad respecto a las tonterías que habló con la gente de la DEA cuando fue invitado por Estrada a un almuerzo que era un ágape a los miembros del Cártel de Sinaloa. Por eso decimos que es comprensible su actitud, puesto que no puede haberle caído bien que se destapara su juego y el haber sido puesto en evidencia tan grave respecto a las oscuras motivaciones de su disposición de entregar todo un país a Trump sólo para salvar la cara después de descoserse hablando tonterías con los investigadores de la DEA que no andaban tras él pero que se encontraron con valioso material luego de tener la oportunidad de departir con el locuaz Presidente de la República de Guatemala.

Redacción La Hora

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