Oscar Clemente Marroquín

ocmarroq@lahora.gt

28 de diciembre de 1949. Licenciado en Ciencias Jurídicas y Sociales, Periodista y columnista de opinión con más de cincuenta años de ejercicio habiéndome iniciado en La Hora Dominical. Enemigo por herencia de toda forma de dictadura y ahora comprometido para luchar contra la dictadura de la corrupción que empobrece y lastima a los guatemaltecos más necesitados, con el deseo de heredar un país distinto a mis 15 nietos.

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Se ha anunciado ya la gira que realizará el Secretario de Estado norteamericano, Mike Pompeo, a varios países de Latinoamérica, empezando por la Reunión Ministerial de Antiterrorismo en el Hemisferio Occidental, promovida por Argentina en el aniversario del atentado contra la Mutual Judía en Buenos Aires, ocurrido hace 25 años, el 18 de julio de 1994. Además de Estados Unidos asistirán los representantes del anfitrión, Argentina, y los de Chile, Paraguay, Perú, Colombia, Panamá, Honduras, Jamaica, Trinidad y Tobago, Bahamas y Canadá. Llama la atención la presencia de Honduras y la ausencia de Guatemala, país que según el comunicado del Gobierno cuando se suspendió la reunión con Trump es “aliado estratégico” de Washington en temas también relacionados con la lucha antiterrorista.

Pero para más desaire al papel de lacayo en que Morales ha puesto a Guatemala, Pompeo visitará México, El Salvador y Ecuador en una gira latinoamericana con énfasis en los temas migratorios. No deja de ser ilustrativo que visite al mandatario salvadoreño, con quien se reunirá esta semana, pasando por alto a su aliado estratégico, según Morales, justamente cuando éste más necesitaba el espaldarazo del Secretario de Estado para ratificar la cercanía que, según se dice, provoca el ofrecimiento que se hizo para convertirnos en Tercer País Seguro a cuyos centros de detención irían a parar los migrantes de El Salvador y Honduras.

Eso no quiere decir, desde luego, que Jimmy Morales vaya a abandonar su estrategia de entregar en bandeja el país a los intereses norteamericanos y seguramente que apoyado por el coro de “nacionalistas” que apoyaron la expulsión de la CICIG por el tema de defensa de la soberanía, ahora dicen que si los gringos nos piden ponernos de “culumbrón” no hay más remedio que hacerlo porque nadie puede oponerse sensatamente a las exigencias del imperio.

Pero vale la pena dejar anotado el triste papel en el que se puso a Guatemala, que ha pasado a ser un instrumento de la política de reelección de Trump y perdió por completo cualquier asomo de respeto que se le pudiera tener. Es más, en estos días avanzará el plan de inversiones sociales para detener la inversión en el que participan México, El Salvador y Honduras. Guatemala quedó al margen por propia decisión porque había puesto todos los huevos en la canasta de la estrategia de mano dura de Trump y no pensó en la necesidad de inversión social para atender las necesidades de la gente que, por pobreza e inseguridad, emprende el duro camino de la migración, esa que no va ni por asomo tras el Sueño Americano, sino simplemente tras las oportunidades que allá pueden encontrar para que su trabajo se convierta en el medio para atender las necesidades económicas de sus familiares.

El fiasco de nuestra política exterior es patético, como patético ha sido el desgobierno de Jimmy Morales y de la gente que le rodea. Pero si sólo fuera para ellos la vergüenza no tendría mayor importancia, pero resulta que se están llevando entre las patas a todo un país y a sus millones de habitantes.

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