No está dentro de las capacidades de Jimmy Morales dejar plantado al Presidente de los Estados Unidos, Donald Trump, ni siquiera porque tuviera que esperar un fallo de la Corte de Constitucionalidad pues, de todos modos, se los ha pasado todos por el arco del triunfo. Simplemente fue notificado de que Trump no quería hacer el ridículo que hizo el presidente Macri de Argentina, quien salió firmando la venta de unos aviones sólo para que Morales tuviera que dar marcha atrás porque ni él ni su Ministro de la Defensa habían hecho las tareas para concretar el negocio.

Y de esa cuenta tuvo que dejar en suspenso su ansiado viaje que sería la tapa al pomo para comprar la impunidad que necesita luego de que se le descosió la boca en un almuerzo al que fue invitado por Mario Estrada para que conociera a los líderes del Cártel de Sinaloa con los que estaban cerrando tratos. Y como los supuestos miembros del Cártel eran miembros de la DEA, en Washington están al tanto de qué pie cojea el Presidente de Guatemala y por eso lo tenían de las narices para hacerlo entregar el país en bandeja a los intereses políticos de la reelección de Trump.

Un Tercer País Seguro era la panacea que estaba buscando la Casa Blanca para endosar el problema y la crisis humanitaria de la migración a un Tercer País Idiota que se hiciera cargo del trabajo sucio. Y lo tenían ya todo cocinado, tanto así que la semana pasada se filtró, maliciosamente, el borrador del acuerdo que asignaba a Guatemala ese abyecto papel y obviamente lo de hoy era simplemente un show mediático con un mediocre comediante firmando frente a Trump un compromiso que el país no puede ni va a honrar nunca, simplemente porque no reunimos las condiciones para ser ese centro de detención de cientos de miles de refugiados.

La comedia no se concretó porque nuevamente la Corte de Constitucionalidad tuvo que llamar al orden, recordando que el Presidente no tiene facultades para comprometer a Guatemala en un tema tan grave y delicado. Por supuesto que a Morales lo de la CC le importa un pepino porque no respeta el Estado de Derecho y por lo tanto igual se hubiera ido, pero en Washington se dieron cuenta de que podría ser un fiasco similar al de Macri y, protegiendo a Trump de un engaño promovido por los cabilderos conservadores que impulsan a Morales, decidió decirle que deshiciera las maletas, dejándolo con la goma de la gallina con loroco.

Redacción La Hora

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